Italia es un país para disfrutar en cualquier momento del año en cada uno de sus ciudades, pueblos y parajes naturales. Es cierto que el turismo masivo hace que muchos de esos lugares no podamos disfrutarlos en ciertas ocasiones. Sin embargo, aún hoy, es posible perderse por los pueblos de la Toscana y descubrir lugares encantadores. La Toscana se divide en 5 provincias: Florencia, Siena, Livorno, Lucca y Pisa. Cada una de sus provincias tiene sus particularidades, pero comparten unos pueblos preciosos, un entorno único y una gastronomía increíble. En la Toscana podéis vivir las 4 estaciones climáticas y es por ello que los diversos meses del año ofrecen matices y aspectos diferentes.
No sé si a vosotros os pasa pero es una duda habitual cuando hablamos de viajes y de sueños viajeros: ¿nuevos destinos o repetir lugares que ya conocemos?. Seguramente podríamos decir que las dos cosas, pero lo cierto es que cuando existen limitaciones económicas y/o de tiempo, hay que elegir y no siempre es fácil.
Venezia – en castellano es Venecia pero me resisto a escribirlo así, me encanta Venezia – es el primer destino al que viajé por libre, sin padres, sin maestros… Solo una amiga, mi hermana y yo. Nos apuntamos a un viaje en bus organizado por la universidad de Elche y nos fuimos a Venezia en febrero de 1992. Yo tenía 17 años, mi hermana 14 y mi amiga 18. Con el permiso de nuestros padres, allá que nos fuimos. No sé, ahora me parece extraño pero fue así de sencillo. No conocíamos a nadie y, en teoría, nadie era responsable de nosotras.
Paseando por los alrededores del Ghetto Judío
Tras 25 horas de bus, llegamos al Lido de Venezia cuando amanecía, una brumosa mañana de frío húmedo. La niebla del adriático cubría los edificios del Lido. No tengo ningún recuerdo del hotelito donde teníamos nuestra habitación para las 3 pero sí recuerdo nuestra llegada con el vaporetto hasta el embarcadero en Piazzeta San Marco al amanecer de aquel día de febrero frío y húmedo. (más…)
Florencia: los mejores miradores para enamorarse… enamorarse de esta ciudad! De la vida! Del arte! De poder viajar! Enamorarte de lo que quieras! Sin duda, Florencia es una de las ciudades más hermosas del mundo. Por algo le llaman «la Signora» y es que su elegancia y su historia la hacen merecedora del mejor de los galardones. En su pasado no todo es belleza. Si habéis visto la serie de Los Medici: Señores de Florenciahabréis visto que su historia está plagada de tensiones, desafíos y retos.
Santa Maria del Fiore desde la torre del Palazzo Vecchio
Florencia fue la capital del arte y sigue ocupando un lugar de referencia en la historia del arte. Cuando uno viaja a esta ciudad es fácil caer fascinado ante los encuadres, los juegos de luz y color y toda la belleza. ¡Cuidado no os afecte el famoso síndrome de Stendhal! Y seguro que os gustará poder hacer las mejores fotos de esta ciudad. En este artículo os recomendamos los que son, para nosotros, algunos de los mejores lugares para enamorarse de Florencia.
PIAZZALE MICHELANGELO Y SAN MINIATO AL MONTE
Probablemente, es el mirador más conocido de la ciudad. Sin duda, las vistas de la ciudad y del río Arno son las mejores pero… como suele pasar en los lugares «top», están abarrotados por turistas. Esta es la imagen que te vas a encontrar si subes en el atardecer cuando todos queremos capturar la mejor puesta de sol… Casi imposible meterte entre la marabunta, situarte junto a la barandilla del mirador y hacer tu foto.
Todo el mundo quiere una foto desde el Piazzale Michelangelo
Y esta es la imagen de las escalinatas que suben hasta el mirador… Un buen lugar para disfrutar de las vistas pero te va a resultar complicado encontrar un sitio para tí… Paciencia y… ¿no te parece que a veces el turismo se está convirtiendo en una locura? ¿estamos locos o qué? Nuestro último viaje a Florencia fue en septiembre de 2018, os aseguramos que no había demasiada gente… ¿cómo debe ser en verano?
¿Estamos locos o qué?
Pero no os preocupéis, junto al Piazzale Michelangelo hay un lugar perfecto para admirar Florencia en soledad, o casi: la basílica y el convento de San Miniato al Monte. Subiendo unos cientos de metros más la colina, llegaréis a este lugar tranquilo donde habitan los monjes que cuidan de esta iglesia. Merece la pena ver los mosaicos del interior. Desde aquí podréis disfrutar del anochecer en paz y serenidad apenas acompañados de unos cuantos turistas y quizá, de alguna pareja de novios japoneses haciendose sus fotos de boda… Si quieres saber cómo llegar a estos dos lugares aquí te dejamos la ubicación: Piazzale Michelangelo y San Miniato al Monte.
Disfrutando de la calma en San Miniato al Monte
CÚPULA DE BRUNELLESCHI
Nuestro segundo plan es subir a la cúpula de la Catedral de Santa Maria del Fiore. El maravilloso templo que cautiva a todo el que visita esta ciudad y cuya historia es verdaderamente sorprendente. El ascenso a esta cúpula es increíble y permite admirar el crucero de la iglesia desde arriba además de sus bellos frescos. También podréis detectar algunas de las grietas que amenazan la estabilidad de esta obra de arte de Brunelleschi.
Campanile di Giotto desde la cúpula
Dicen que el famoso arquitecto no dejó ningún documento que explicara los secretos de su construcción por lo que… si algún día se derrumba… habrá que volver a buscar la manera de elevarla. Con sus 45 metros de diámetro es una de las cúpulas más grandes del mundo. Acabó de construirse 100 años después de que se finalizase el resto de la catedral y, obviamente, los Medici fueron impulsores de este gran reto arquitectónico. No olvidéis que para subir a la cúpula es imprescindible reservar hora en el momento de comprar la entrada. Os lo explicamos a continuación.
CAMPANILE DI GIOTTO
Tras subir a la cúpula no dejéis de subir al Campanile di Giotto. Si compráis la entrada en el Museo de l’Opera di Santa Maria del Fiore podéis escoger una entrada 5 x 1. Esta entrada incluye la visita al museo dell’Opera -muy recomendable-, Cupola del Brunelleschi, Campanile di Giotto, Battistero di San Giovanni y la Cripta di Santa Reparata. Os aconsejamos comprar el ticket conjunto al menos con 48 horas de antelación y reservar la hora para subir a la cúpula. Una vez utilizado el ticket para acceder a algunos de los monumentos, tenéis 72 horas para visitar el resto. Un tiempo más que suficiente.
La cúpula de Brunellleschi desde el campanario
Mientras que para subir a la cúpula hay que reservar hora, el Campanile es fácilmente accesible si estás dispuesto a subir sus 414 escalones. Sus mármoles y bajorrelieves dan al conjunto un acabado único. Se finalizó en 1359 y permite conseguir las mejores fotos de la cúpula de Brunelleschi. El equilibrio de la ciudad que no presenta edificios modernos permite admirar este casco urbano que se ha conservado casi sin variaciones en las últimas décadas.
La cúpula de Brunelleschi desde el Campanile di Giotto
LA TORRE DEL PALAZZO VECCHIO
Y, desde la Catedral de Santa Maria del Fiore, nos trasladamos al Palazzo Vecchio en la Piazza de la Signoria, donde se fraguaron las intrigas y el control de esta ciudad en la época de los Medici. Este bello palacio es conocido por su famosa torre pero son de admirar los frescos del patio de acceso. Además acoge el Museo Stefano Bardini. Podéis comprar la entrada para subir a la torre y caminar por el mirador y, a parte, podéis visitar el palacio.
Via delle Farine desde la Torre del Palazzo Vecchio
Es el mejor lugar para fotografiar Florencia y su catedral. El conjunto es único y, como se puede subir ya de noche, podréis ver la capital de la Toscana iluminada. La mejor manera de comprar la entrada es acercaros a la billetería que está en la planta baja y elegir día y hora para subir. El precio es diferente si subís al anochecer.
Desde la torre del Palazzo Vecchio
BIBLIOTECA DELLE OBLATE
Después de visitar estos famosos lugares de Florencia, os vamos a recomendar dos lugares menos conocidos pero, quizá por ello, más encantadores. Uno de ellos es la terraza de la Biblioteca delle Oblate situada aquí. Este antiguo convento fue restaurado y transformado en biblioteca y espacio de lectura y estudio. En la planta baja hay una bonita biblioteca infantil en la que se hacen actividades de animación a la lectura. Es de libre acceso y os la aconsejamos si viajáis con niños.
Biblioteca delle Oblate
En la planta alta, está la zona de estudio frecuentada por los estudiantes universitarios de la ciudad. Además hay un café que ofrece deliciosos capuccinos y una amplia carta de «cafés extraños». A mediodía hay un menú-buffet y, para amenizar la estancia, tenéis unas vistas increíbles del duomo. La terraza era el antiguo tendedero de las maonjas, donde extendían su colada mientras podían admirar la bella catedral.
CAFFÈ DEL VERONE (OSPEDALE DEGLI INNOCENTI)
Otro café y restaurante que os puede interesar -aunque un poquito más caro- es el Caffé del Verone situado en el Museo degli Innocenti en la Piazza della Santissima Annunziata. Justo al entrar hay que tomar el ascensor que sube a la azotea en la que está el café. El acceso está aquí. Conocer la historia de este lugar vale la pena. Fue un orfanato diseñado por Brunelleschi -el arquitecto de la cúpula del duomo- que tiene una fachada porticada. En el lateral izquierdo de esta galería está la ruota o rueda de piedra que permitía dejar a los bebés o niños al cuidado de las monjas de manera totalmente anónima.
Caffè del Verone en el Instituto degli Innocenti
Fueron cientos los inocentes acogidos y cuidados por las monjas en este orfanato hasta que cerró en 1875. En la fachada hay unos medallones que representan a los niños y recuerdan cuál fue la función de este edificio renacentista hoy reconvertido a museo y galería. Si subís al Caffé del Verone podréis admirar las vistas de la ciudad y los rincones de esta zona de la ciudad.
Aquí os dejamos nuestros consejos para enamoraros de Florencia. Si buscáis vuestro mejor recuerdo de esta ciudad, podéis encontrarlo en cualquiera de estos miradores. No os olvidéis, hay muchos turistas en Florencia, buscar el mejor encuadre no es siempre sencillo pero seguro que volveréis fascinados. No dejéis de tomar un café en la biblioteca delle Oblate y el Caffé del Verone ¡vale mucho la pena sentirte como un fiorentino en tu visita a la ciudad!
Postales de Florencia
¿Has estado en Florencia? Esperamos que te haya gustado este artículo y que te animes a conocer la capital de la Toscana ¡Es una ciudad única!
Comer en Roma es un deleite. Lo difícil es elegir porque las opciones son muchas y buenas. Si algo nos gusta de los restaurantes en Roma -y en toda Italia- es que se puede saborear la genuína cocina, la tradicional, la de los productos locales y cercanos, la típica cocina mediterránea… sin tener que buscar demasiado. Callejeando un poco, Es fácil encontrar lugares auténticos, locales «retro» que parece se quedaron en los años 70 o 80, incluso antes. Son lugares que no necesitan parecer «fashion» ni estar a «la última». Son ellos mismos. Su esencia está en su cocina y en la manera de atender y relacionarse con el cliente. Estos son los restaurantes de Roma que más nos gustan.
La comida italiana suele ser éxito asegurado ¿verdad?
En este artículo os dejamos unos cuantos sitios que hemos probado personalmente. No fueron elegidos al azar, si no por recomendación expresa de nuestro querido hermano político italiano que vivió en Roma varios años y adora la cocina de su país. Como buen italiano, sabe diferenciar una buena carbonara de una salsa con nata, una burrata de una mozzarella de buffala -o de vaca- y prefiero un verdadero café expreso (CAFÉ: Corto-Amargo-Fuerte-Espeso).
Matera es una ciudad situada al sur de Italia, en la región de Basilicata. Su historia y su belleza la llevaron a ser nominda hace 4 años ciudad europea de la cultura en este 2019. Se encuentra muy cerca del Golfo de Taranto, en el mar Jónico. Cerca de lo que llamamos el “talón de la bota” de la península italiana.
Al sur de Nápoles, a unos 100 km de la capital de la Campania, en Italia, está la antigua ciudad grecorromana de Paestum. Esta ciudad perteneció a la Magna Greca y tiene más de 2.500 años de historia. Sus templos son impresionantes y se han conservado muy bien a lo largo de más de 25 siglos. Paestum fue también colonia romana y, posteriormente, fue olvidada quedando oculta bajo matorrales y ciénagas.
Hay pocos turistas en Paestum por lo que se puede pasear casi en solitario
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