Al sur de Nápoles, a unos 100 km de la capital de la Campania, en Italia, está la antigua ciudad grecorromana de Paestum. Esta ciudad perteneció a la Magna Greca y tiene más de 2.500 años de historia. Sus templos son impresionantes y se han conservado muy bien a lo largo de más de 25 siglos. Paestum fue también colonia romana y, posteriormente, fue olvidada quedando oculta bajo matorrales y ciénagas.
Las ruinas se redescrubrieron a mediados del siglo XVIII cuando se pretendía hacer una carretera. Lamentablemente, algunas construcciones como el anfiteatro quedaron enterradas bajo la actual autopista. Pero a pesar del tiempo y de las circunstancias, aún hoy se conservan unos templos magníficos en este sitio arqueológico: los templos dóricos de Hera, Atenea y Apolo. También podemos ver parte del foro romano que se edificó sobre la antigua ágora griega.
Desde el primer momento en que pusimos nuestros pies en el sitio arqueológico de Pestum nos sentimos hipnotizados por la magia de este lugar. Es difícil de explicar, la verdad. Veníamos de visitar Pompeia y Herculano, impresionados por estas ruínas. Aquellas ciudades son el máximo exponente de la eficiencia romana, de su organización, de la capacidad de construir de una manera práctica y funcional. Pero en Paestum, en la Magna Grecia, encontramos la belleza, el equilibrio, la elegancia.
Aquellos bloques de piedra inmesos, perfectamente tallados respetando las leyes de la geometría, se elevan mostrando que la cultura griega es la madre de toda nuestra historia, de nuestro arte, nuestra cultura. Era primavera y las rosáceas florecían. El conjunto era único, inolvidable.
Al anochecer, la puesta de sol cambia el color de las columnas y los frisos de estos templos. Los colores rojos dieron paso a la oscuridad completa en el sitio arqueológico y, entonces, se iluminaron las ruínas regalándonos uno de los momentos más bonitos de nuestro viaje por el sur de Italia en autocaravana. No lo dudéis, si váis a Paestum, permaneced una noche junto a las ruínas y disfrutad de ese momento único.
Llegar a las ruínas de Paestum es muy sencillo y, además, junto a ellas hay un área camper donde se pueden estacionar las autocaravas. Los servicios son muy básicos pero, al menos está permitido pernoctar. También se puede llegar en tren y alcanzar las ruínas en un tranquilo paseo. Junto a la zona arqueólogica hay algunos restaurantes y una deliciosa heladería.
Junto a las ruínas está el Museo Arqueológico de Paestum en el que descubrimos elementos sorprendentes recuperados en las excavaciones de este sitio arqueológico. La cerámica y objetos personales eran muy bonitos pero, sin duda, lo que más nos llamó la atención fueron las piedras que formaban parte de las tumbas de los antiguos griegos. No sabíamos que podían estar tan bellamente decoradas y que podían representar escenas tan especiales.
SIn duda, la Tumba del Nadador o Tomba del Tuffatore es una de las piezas más relevantes. Esta imagen sencilla ha suscitado muchas dudas y reflexiones: ¿qué representa? Parece que podría representar el paso de la vida y la muerte. El salto entre la vida terrenal y la vida celestial, etérea… Esta obra data del año 480 a.C. y, en su sencilleza, nos cautiva y atrapa.
Cada una de las piezas de la tumba muestra diversas escenas de la vida decoradas con personas. Escenas amorosas, de actividades deportivas y otros momentos únicos en la vida de quien debió ocupar este lugar al finalizar su vida en la tierra. Una perspectiva diversas y única. Realmente muy atractiva e interesante. Hace 50 años que se descubrió esta tumba, fue en 1968, y todavía hoy plantea preguntas sin respuestas.
En geometría, el número aureo ha sido utilizado para buscar la belleza. O quizá, las construcciones son bellas cuando respetan esta proporción matemática. Encontramos esta proporción en muchas estructuras naturales. Por este motivo, arquitectos como Gaudí se inspiraron en las formas naturales para diseñar muchas de sus obras, como la Sagrada Familia. Dicen que nuestra percepción de la belleza está vinculada con la proporción aúrea.
La nerveadura de los árboles, la espiral descrita por muchos moluscos o el número y la manera de posicionarse los pétalos en el receptáculo de una flor… en ellas y en muchas otras estructuras naturales encontramos esta proporción. Hay un precioso libro que nos cuenta la historia de Leonardo de Pisa, también llamado Fibonacci. Es un libro precioso que nos explica la vida y descubrimientos de este sabio del siglo XIII.
No fue sencillo dejar el sitio arqueológico de Paestum. Los antiguos griegos definieron las bases del equilibrio y la belleza y por eso este lugar tiene algo de mágico. Nos lleno de paz y harmonía. Es un lugar precioso para aprender en familia, para conocer algo mejor los detalles de la cultura griega a la que tanto debemos.
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Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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