A veces, una comida te lleva a recordar un lugar o una experiencia. Hoy os proponemos conocer la ciudad de Xàtiva, en la provincia de Valencia. El otro día probamos la nueva cerveza elaborada en Xàtiva: La socarrada. Más allá de su denominación, que muestra bien explícitamente que se trata de un producto del país, el sabor intenso a romero de este brebaje nos evocó inevitablemente los inolvidables aromas de nuestras sierras.
No es un caso excepcional, sin embargo. Cada día son más los productores del país que descubren que los productos de la tierra tienen un valor añadido. Algunos amigos y familiares todavía se sorprenden cuando ven que nosotros solemos comprar vinos valencianos.
Recorrimos el valle del río Satluj tras descender los 17 km de la carretera que lleva a Sarahan, mientras este pueblo se quedaba encaramado allá en lo alto. Nuevamente nos encontrábamos en la famosa vía del Indostán que une la India con el Tibet. Es una preciosa carretera, tallada en la propia montaña como si una oruga minadora hubiese ido horadando un camino con vistas al exterior.
Las paredes verticales se elevaban majestuosas y, en algunos tramos, nos parecía imposible poder pasar por allí. Nuestro experimentado chofer maniobraba cuando coincidíamos en algún tramo estrecho con un camión o un autobús. En los puentes debíamos respetar el turno para poder cruzar y nosotras aprovechábamos para pasear, tomar fotos o observar los árboles enganchados a los riscos cual equilibristas.
Un poco antes de llegar a Watlug, el valle empezó a transformarse en un gran hormiguero que bien podría haber servido de escenario al infierno de Dante. Cientos de máquinas y miles de personas trabajaban entre el polvo y las piedras contruyendo ingenios hidráulicos para obtener la electricidad que el país necesita. Entre el polvo, camiones, excavadoras, cemento y hormigón, hombres, mujeres y niños, todos menuditos, envejecidos por el sufrimiento y la resignación, trabajaban como picapedreros incapaces de imaginar una vida mejor. Bebés destinados ya a ese futuro dormían sobre las espaldas de sus madres que trituraban las piedras con simples mazas. Hombres y mujeres transportaban las piedras sobre sus espaldas. Ayudaban así en la perforación y construcción de largos túneles de hasta 7 km por donde se canalizará el agua a gran presión que llegará hasta las modernas centrales hidroeléctricas.
Habíamos llegado a Shimla (hindu शिमला, panjabi ਸ਼ਿਮਲਾ)después de un largo ydificultoso viaje en tren y bus desde Nueva Delhi. Los monzones arreciaban la cara suroeste de la cordillera del Himalaya y debimos permanecer varios días en la ciudad. La capital del estado de Himachal Pradesh es conocida por haber sido el lugar de retiro y descanso veraniego de las familias adineradas durante la época de la colonización Británica. Aquí se retiraban cuando el calor y la humedad eran sofocantes en las planicies meridionales. Nos hubiera gustado llegar hasta aquí en el legendario tren que recorre las escarpadas laderas de estas montañas, pero las avalanchas de tierra y agua habían arrastrado varios tramos.
Tomado de http://en.wikipedia.org/
Finalmente subimos a un autobús que durante 4 horas escalofriantes fue recorriendo los 90 km de carretera que separaban Chardigarh de Shimla. Íbamos con el corazón en un puño al observar por la ventana las toneladas de tierra y árboles que el conductor iba sorteando con gran habilidad. De vez en cuando mirábamos en la tele la película «bolibudiense» donde jóvenes de amplia sonrisa bailaban y reían en un mundo irreal.
El 15 de agosto se celebraba en la ciudad el 60 aniversario de la Independencia y fue toda una experiencia observar a las familias paseando con sus galas de domingo, tranquilos, tomando dulces y helados en la calle principal, conversando unos con otros. Los grupos de chicos jóvenes caminaban de la mano, las chicas iban con sus padres o su esposo. Las familias de origen tibetano, muy diferentes en sus rasgos y atuendo, disfrutaban también del momento. Nosotras mirábamos pero también nos sentíamos observadas, se reían y mostraban evidente curiosidad.
Finalmente nos decimos a contratar una excursión por los valles altos de la región. Era muy recomendable alquilar coche y conductor y así lo hicimos. Queríamos descubrir los grandes valles glaciares, las grandes montañas y las aguas salvajes de la cabecera de los ríos. Queríamos disfrutar observando el cielo, los paisajes y las gentes de aquellos lugares majestuosos.
Llegar hasta Sarahan nos hizo sentirnos nuevamente orgullosas de haber emprendido ese viaje a la India. Está situada a 2.313 m.s.n.m. y para llegar a ella hay que recorrer 172 km por carreteras espeluznantes de vistas increibles. Los bosques de cedros y otros árboles imponentes se alzaban altivos entre pequeñas plantas que florecían como con prisas, sabedoras de que el buen tiempo dura poco en aquellas tierras.
Campos y más campos cultivados, montañas aterrazadas llenas de manzanos rebosantes de sus frutos verdes y rojos. Coles por todas partes, girasoles, perales que esperaban ya la cosecha, grandes cascadas y, en el fondo del valle, allá en la profundidad, un poderoso río de aguas embravecidas. Nunca antes habíamos visto un valle fluvial tan inmenso, de paredes verticales y terrazas aluviales tan enormes. En todas partes había aldeas o casas aisladas, pequeños huertos y algún rebaño.
En Sarahan los niños corren felices por las calles. Sus habitantes son humildes y agradables, siempre con una sonrisa y de fácil trato. A pesar de nuestra dificultad para comunicarnos con ellos -pues desconocíamos su idioma- siempre nos sentimos cómodas y relajadas. Nos alojamos en las habitaciones que los monjes alquilan junto al templo de Bhimakali. Por un precio ínfimo dispusimos de una amplia habitación con baño incluido.
De vez en cuando oíamos la campana que los feligreses tocaban al acceder al patio central. Construido en «gótico hindú», su belleza radica en la manera de colocar las vigas de madera creando un entramado con los bloques de granito. Así se consigue un «efecto antisísmico». En la gran torre, algunos carpinteros se esforzaban por afianzar y arreglar los desperfectos de un reciente terremoto. Los tejados de grandes losas de pizarra gris, los artesonados y tallas de madera, junto con el cuidado y limpio jardín, hacían del lugar un espacio único. Por la mañana nos despertaban los cantos de las oraciones monótonas y repetitivas que anunciaban el nuevo día. Se respiraba tanta serenidad en aquel lugar que no nos hubiésemos ido nunca…
La sabrosa comida vegetariana que tres mujeres cocinaban en un pequeño cuartito hacía las delicias de los pocos visitantes y las gentes del lugar. Con un estilo, un ritmo y una pulcritud admirables -pues disponían de muy pocos medios- elaboraban unos deliciosos «noodles non spice» -que por supuesto sí eran spice-, una tortilla de perejil, empanadillas al vapor, pan chapati y delicioso té con ginger. Nos encantaba observar el orden en los estantes de la pared y el cuidado con el que habían colocado las hojas de viejos periódicos para albergar sus utensilios adecuadamente.
Divisábamos las enormes montañas del macizo del Kinnaur Kailash (6.050 m) y el Sirikand Mamadeu (5.227 m) y nos preparábamos para el siguiente trayecto en jeep. Antes recorrimos los alrededores de Sarahan y observamos al «prior» del templo mientras hacía sus tareas. La humedad de la mañana era muy agradable. Las nubes se iban dispersando. Un largo viaje nos esperaba y estábamos llenas de energía para seguir difrutándolo.
Cada vez que mi mente viaja a India se remueven en mí todos los sentimientos contradictorios que sentí durante los 30 días que recorrimos el noroeste de aquel país. India es uno de los destinos más atractivos del mundo: su cultura, su historia, sus religiones, sus paisajes… Todo llama al viajero. Pero todo viajero sabe, antes de viajar a India, que deberá lidiar con muchas situaciones difíciles debido a los enormes desequilibrios sociales entre las personas que allí conviven. Los visitantes digieren estas situaciones de múltiples maneras: todas ellas son comprensibles y aceptables, probablemente todas son humanas.
Para nosotras fue probablemente la experiencia viajera más dura, fue un esfuerzo psicológico permanente y, en absoluto fueron «vacaciones». Debió pasar mucho tiempo, tras nuestro regreso, para poder hablar sobre aquel viaje. En nuestro álbum fotográfico hay testimonio de un país fantástico, colorista, diverso, bello… Todo lo horrible y macabro sólo quedó en la retina de nuestros ojos, en nuestro cerebro.(más…)
Estamos en Catemaco, en el sencillo y comfortable Hotel «El brujo», situado frente a un precioso lago. Desde la terraza veo una garza descansando en una piedra cerca de la orilla y, en el árbol que hay al otro lado de la calle, otra decena de aves están posadas. Han pasado aquí la noche tranquilas aunque ahora, al salir el Sol, no paran de hacer ruidos extraños. Hay bruma y no puedo ver el Sol pero está clareando el día que acabará siendo muy soleado. Una barca se acerca, con dos personas, una de ellas remando. Se ve la Luna, ya muy menguada por la parte de abajo.
Este lugar está enclavado dentro de la Reserva de la Biosfera de los Tuxtlas, en la provincia de Veracruz, junto al Golfo de México. Nuestro amigo Alfonso nos ha traído hasta aquí pues aquí trabaja y hace sus estudios sobre escarabajos coprófagos. Es interesante acompañarle por el campo a recoger muestras. Ayer fuimos con él y su ayudante Mirga a inspeccionar las trampas. Realmente es un trabajo agotador. La humedad de estas selvas y el calor hace que te sientas exhausto a pocoque te muevas, es como si te encontraras trabajando dentro de una inmensa sauna de color verdoso. Tuvimos que ponernos unas fundas de cuero alrededor de las piernas para ir protegidos por si aparecía alguna serpiente pues en esta época del año están muy activas.
Cuando planeábamos nuestro viaje a China nos sentíamos algo preocupados pues era la primera vez que visitábamos el continente asiático. Viajar un mes, por libre, por un país en el que idioma y cultura son tan diferentes puede ser una limitación para muchas personas. Para otras representa el mejor estímulo. Nosotros nos encontrábamos en el término medio: nos atraía la curiosidad pero, a la vez, sentíamos cierto miedo ante lo desconocido.
Empezamos a planear nuestro viaje con tiempo y tranquilidad. Únicamente sabíamos que íbamos a pasar las primeras noches en Beijing y que, un mes más tarde, nos esperaba un avión en Shanghái para regresar a casa. Cuando planeas un viaje, contar con amigos que conozcan el país en profundidad resulta una gran ventaja. En nuestro caso tuvimos la suerte de poder consultar a un amigo que ha vivido mucho tiempo allí y nos animó desde el primer momento a visitar el país por nuestra cuenta asegurándonos que, sin duda, encontraríamos amabilidad y facilidades.
Privacidad y cookies: este sitio utiliza cookies. Al continuar utilizando esta web, aceptas su uso.
Para obtener más información, incluyendo cómo controlar las cookies, mira aquí:
Política de cookies
Este sitio emplea cookies de Google para prestar sus servicios, para personalizar anuncios y para analizar el tráfico. Google recibe información sobre tu uso de este sitio web. Si utilizas este sitio web, se sobreentiende que aceptas el uso de cookies.EntendidoMás Información
Privacidd y Política de Cookies
Privacy Overview
This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
Comentarios recientes