Nos gusta nuestra tierra. Dicen que es «la millor terreta del món». No sé si lo es, pero desde luego, tiene muchos puntos para salir en la lista de las «top 10». Alicante, y especialmente Benidorm, supusieron el descubrimiento del turismo playero en nuestro país. Nuestra costa, desde ese momento y con el empujón del «1-2-3, responda otra vez» (gracias a su premio gordo: los apartamentos en Torrevieja) ¿os acordáis?, se convirtió en uno de los destinos turísticos por escelencia para españoles y europeos. Sin embargo, a nosotros nuestra terreta nos gusta sobre todo en primavera. En primavera, en otoño y también en invierno. Y nos gusta, nos solo por sus playas -que también- sino por muchas cosas más.
1. Conocer la ciudad de Alicante.
Alicante no es muy amada por los alicantinos que siempre la comparamos con otras ciudades con más solera y más encantos. Sin embargo, hay algunos elementos que la hacen única. Nos encanta subir al castillo de Santa Bárbara, recorrer el barrio antiguo y observar el mar desde lo alto. Visitar el MARQ o Museo Arqueológico cuya colección que abarca nuestra historia desde hace más de 20 siglos es un reclamo para adultos y para niños.
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2. Visitar sin achicharrarte nuestras ruínas arqueológicas.
En la Illeta en El Campello y en Alicante las de Lucentum y Monte Tosal los restos arqueológicos son un tesoro para nosotros y para todo el que se anima a investigar en nuestro pasado.
3. Disfrutar de nuestras playas de arena cuando aún no hay nadie.
Los cielos son ahora limpios y claros, el azul del mar es intensísimo, las playas están vacías, el agua está aún fría -pero perfecta en otoño-, es fácil encontrar sitio para aparcar y para comer en los restaurantes.
4. Descubrir las playas y calas más escondidas de cantos de piedra.
Hay muchos rincones que han conseguido rehuir el urbanismo despiadado de las últimas décadas. Pregunta a la gente de aquí y busca esos enclaves alejados del turismo de masas en los que nos escondemos los que vivimos aquí.
5. Asomarte a nuestros cabos con sus increíbles pendientes.
El Cabo de la Nao es el capitán de este buque que es nuestra provincia que penetra en el Mediterráneo. Le siguen el Cabo de San Antonio, el Cap d’Or, el Cabo de Santa Pola y, por supuesto, el Penyal d’Ifach. Hay infinidad de excursiones preciosas para hacer en familia junto al mar, bordeando playas y acantilados.
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6. Visitar las Salinas de Santa Pola, Guardamar o Torrevieja.
En la provincia de Alicante hay muchas salinas costeras de gran interés histórico y biológico. Podéis encontralas en varios municipios y, además, sulen haber museos dedicados al oficio de extración de la sal. El Museo de la Sal de Santa Pola nos permite conocer las virtudes de la sal y el avance que supuso para la conservación de alimentos en el pasado y en el presente. El negocio de la sal fue una riqueza económica para la región y continúa siendo un recurso imprescindible para todos.
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7. Navegar hasta la Isla de Tabarca.
Observar los fondos marinos, tomar el sol, recorrer la isla y tomar un caldero mientras aprendes sobre la historia de esta isla que cuenta con otros pequeños islotes y todavía muestra su antigua fortificación.
8. Hacer senderismo por las sierras de la provincia alcanzando cualquiera de sus cumbres.
Alicante destaca por su orografía pues es un territorio plegado intensamente. Nuestra cima es la Sierra de Aitana con sus 1.558 m de altitud a pesar de estar muy cerca del mar. Nuestros «monte Olimpo» es el Puig Campana con 1.406 m. El Montcabrer, la Sierra de Bernia, el Cabeço d’Or, el Maigmó, el Cid, el Benicadell, la Sierra de Mariola, el Menejador y la Font Roja. Pero son muchas más… Son cimas exigentes que sorprenden a cualquiera que intente coronarlas y, siempre, ofrecen recompensas espectaculares. Y algunas esconden tesores como las Cuevas de Canelobre en Busot…
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9. Descubrir los valles del norte y sus historias de piratas y moriscos.
Las lluvias son más frecuentes en la zona norte de la provincia y el clima es casi subtropical. Las carreteras caracolean en aquellos valles secretos con castillos donde los moriscos tejieron historias apasionantes y nos dejaron un entorno casi mágico entre campos de cerezos, algarrobos, almendros y frutales.
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10. Adentrarte en los estrechos barrancos donde fuentes y pozas sorprenden al paseante.
En medio de la aparente aridez se esconden lugares secretos y poco accesibles en los que florece la primavera más diversa de nuestro país. Alicante posee una flora diversa en la que las plantas, adaptadas a la aridez, han evolucionado para aprovechar los recursos disponibles con una variedad de especies única.
11. Visitar la Vila-Joiosa (Villajoyosa).
Por tener el nombre más bonito y que más nos inspira y por contar con un Museo del Chocolate sencillo pero entrañable. Disfrutar de su playa y de su gastronomía mientras los niños juegan sin peligro en la arena.
12. Acercarte a los pueblos del interior y alucinar con nuestros castillos.
Los castillo de Alicante marcan la frontera del antiguo Reino de Aragón cuando nuestro rey más emblemático, En Jaume I, reconquistaba estas tierras. Biar, Villena, Castalla, Sax y muchos otros son pueblos maravillosos en un entorno espectacular y una historia muy especial.
13. Conducirte hasta Jijona para visitar su Museo del Turrón y subir el puerto de la Carrasqueta.
Jijona, cuna del turrón, es también la puerta de entrada a la comarca del Comtat donde sus ciudades industriales cargadas de historia te harán sentir que necesitas mucho más tiempo para conocerlas mejor. Alcoi, Cocentaina, Muro y sus pueblos cercanos merecen unas vacaciones completas.
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14. Visitar Ibi, la ciudad del juguete en L’Alcoià.
No olvides reservar un día para venir a Ibi -la ciudad de mi infancia- donde, entre otras muchas cosas, te espera el Museo del Juguete y el Museo de la Biodiversidad. Ambos te sorprenderán. Para mi, el segundo es además como un hijo. Aunque allí no lo sepan y no aparezcamos en ningún sitio, participé hace ya unos cuantos años -junto a otros compañeros del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Alicante- a diseñar los paneles y dioramas de una primera exposición que posteriormente se transformaría en el actual museo que hoy os enseñará a conocer, de primera mano, qué supone el tráfico ilegal de especies y la importancia de tomar conciencia del valor de la biodiversidad. En el blog de «Con los niños en la mochila» os cuentan muchas cosas más.
15. Déjate sorprender y ven a descubrir con tu propia experiencia.
Y la última, pero no menos importante, por el placer de descubrir que siempre, cualquier lugar del mundo, es mucho más de lo que dicen las guías de viajes. Déjate llevar, conduce por carreteras estrechas y atrévete a investigar.
Nos hemos dejado muchos lugares que aún no conocemos o que conocemos poco, como Elche o Pinoso, por ejemplo, porque aún tenemos muchas asignaturas pendientes. Prometemos emplearnos a fondo para seguir disfrutando de «la millor terreta del món». ¿Tú qué más nos recomiendas?
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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