Alicante es una ciudad apretujada que mira al intenso mar azul que la acompaña. Ese mar azul que junto al cielo despejado casi todos los días del año da a nuestra vida aquí una luminosisdad que fácilmente echamos de menos cuando nos alejamos para visitar otros lugares. Pocas veces disfrutamos de nuestra ciudad con nuestros niños y, sin embargo, cada vez que lo hacemos me planteo porqué no lo haremos más. Por eso hoy os cuento uno de nuestros paseos con niños por Alicante.
Akra Leuké, Lucentum, Laqant, Alacant, Alicante… es la ciudad del “promontorio blanco” o “ciudad blanca”. Cartagineses, griegos, romanos, musulmanes, cristianos y, actualmente, habitantes de todo el mundo viven en nuestra ciudad o nos visitan regularmente. Esta ciudad muestra en sus ruínas, en sus calles y museos, en sus edificios y rincones, recuerdos de una ricahistoria que deslumbra a cualquiera que indague un poco en ella. Hay además muchos motivos para descubrir la provincia de Alicante.
La mejor manera de desplazarse es caminado a pie pero también disponemos del TRAM que nos lleva hacia algunas de las localidades cercanas como El Campello recorriendo la playa de Muchavista en un viaje tranquilo y relajante. Llegar desde el aeropuerto es fácil con el servicio de autobuses directos hasta el centro de la ciudad.
El Castillo de Santa Bárbara es nuestra atalaya y ofrece vistas increibles de la ciudad y sus alrededores, de la Isla de Tabarca y el cabo de Santa Pola, de las sierras del Maigmó, el Cabeço y el Puig Campana. Fue fundado por los árabes y reconstruido posteriormente por los cristianos. Subir y bajar al castillo es fácil en coche pero es más divertido con el ascensor que puede tomarse junto a la Playa del Postiguet.
Pasear entre sus murallas, torres y jardines es todo un lujo. Además hay varias exposiciones muy interesantes en las que vale la pena detenerse con los niños. Nos llama especialmente la atención la colección de fotografías del archivo histórico municipal que nos hace mirarnos como en un espejo al pasado cruzando nuestra mirada con la de aquellos que nos precedieron hace ya unas cuantas décadas. Y la exposición de piezas de cerámica y arte descubiertas en diversos yacimientos en donde se expresan las creencias, gustos y percepciones del ser humano a lo largo de nuestra historia. Pero, sin duda, el elemento más impactante son las losas que cubren uno de los patios con los nombres de los prisioneros de la Guerra Civil que vivieron y sufrieron allí los últimos días de un martirio injustificable.
Y desde el castillo, caminando agradablemente por el Barrio de Santa Cruz llegamos al centro de la ciudad y podemos recorrer los lugares más emblemáticos como la Plaza de Luceros, el Mercado, el edificio de la Diputación, el Teatro Principal o el Portal de Elche hasta llegar a la Explanada donde correr y jugar o acercarnos a la Lonja donde suelen haber interesantes exposiciones. Visitar el puerto naútico y la recreación del enorme navío que siempre hace las delicias de nuestros hijos.
Cuando hace más calor nos gusta volver hacia el barrio antiguo para visitar el Ayuntamiento y jugar en las fuentes o descubrir los secretos de la Basílica de Santa María o la Concatedral de San Nicolás que fueron construidas sobre dos antiguas mezquitas allá por los siglos XIV y XV. Nos gusta comer en algunos de los resturantes situados en estas calles peatonales o bien disfrutar de un menú vegetariano en L’Indret o en el Bodhigreen.
Y nuestro museo favorito, sin duda, el MARQ o Museo Arqueológico de Alicante. Ese tipo de museos agradables y que, sin aparentes pretensiones, consigue conectar con sus visitantes. Creado en 1932 fue en el año 2002, cuando se trasladó a sus actuales instalaciones, cuando consiguió hacerse un hueco como espacio cultural de nuestra ciudad. Su exposición permanente recorriendo la historia de la provincia desde la prehistoria ofrece cantidad de objetos relevantes y atractivos. Buenas descripciones y espacios “se puede tocar” que permite a los niños y adultos aprender jugando. Las recreaciones de excavaciones y barcos hundidos están muy logradas y, además, el jardín que da acceso al museo y su restaurante son perfectos para almorzar o comer tras la visita.
Y para visitar esta ciudad un momento único es aprovechar las fiestas de LES FOGUERES DE SANT JOAN. El rito del fuego, de la purificación y la renovación, de quemar los lastres para mirar al futuro ligeros de equipaje, con alegría y siempre en un entorno festivo y alegre. Tal y como se explica en la página web oficial de estas fiestas, les fogueres son el resultado de resistir a las prohibiciones de tirar cohetes y encender hogueras en las calles: «Así se puede constatar que la primera noticia documental de estas primitivas hogueras se remonta al año 1822, a través de un bando publicado por el Alcalde que ordenaba: «…que no se enciendan hogueras en las calles, ni menos se disparen tiros ni cohetes en la noche de San Juan y sucesivas, bajo multa de 20 a 100 Reales». Pero la celebración del solsticio de verano y las fiestas en la noche más corta del año es un rito ancestral que nos une con las culturas de todo el mundo en una celebración milenaria.
Cientos de personas trabajan en las decenas de comisiones que integran las hogueras que se ubican en cada barrio, en cada calle. ¿Cuál es la esencia de estas fiestas? Tantas cosas: música, cohetes, mascletàs, conciertos, bellezas, despertà, plantà, cremà i banyà, barraques i racons….. Felices fiestas a todos los alicantinos! Y feliz verano!
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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