Cómo pasar un día tras otro sin que la tele y los dispositivos electrónicos sean nuestros más fieles aliados? Es necesario apuntarles a alguna actividad veraniega para no morir en el intento de estar juntos tantos días seguidos? A nuestro regreso del viaje De Tierra de Fuego a las Galápagos esta era una de las preguntas que más nos hicieron muchas madres y padres. Cómo habéis podido pasar juntos 6 meses, 180 días con sus 24 horas (siempre compartiendo habitación) y haber sobrevivido? Para nosotros fue tan sencillo como natural, hicimos lo que más nos gusta hacer cuando disponemos de tiempo para estar juntos y no tenemos el trabajo «dentro de la cabeza».
Ten en tu casa materiales que te ayuden a crear con tus propias manos. Hojas de papel blanco -mejor si es de tamaño A3- o una pizarra. Utiliza tizas, ceras o lápices de colores. Nuca rotuladores, eso no, los rotuladores limitan tu creatividad y no dan margen al error ni a la corrección. La mayor parte de los adultos tenemos pánico al papel en blanco. De niños dedicamos mucho tiempo a aprender a leer y escribir -y a memorizar- pero poco tiempo a pintar y dibujar.
Creemos que no sabemos pero lo que ocurre es que no hemos practicado. Si tienes la suerte de tener un hijo de 3 o 4 años, dibuja junto a él y descubrirás que estáis al mismo «nivel». Perfecto! Podéis avanzar juntos! Algo en lo que no tienes que darle lecciones, aprende junto a él. No le hagas dibujos, no dibujes contornos ni imágenes concretas para que él las imite. No puede, será frustrante. Probablemente tú tampoco puedas. Imagina el color de aquello que quieres representar. Haced manchas, sombras y cread figuras sencillas. Poco a poco irán siendo más complejas.
Incorporar a los niños en las actividades diarias del hogar es algo recomendable y necesario. La urgencia del día a día hace que muchas veces no les tengamos en cuenta o no podamos adaptarnos a sus ritmos más pausados. Ahora es el momento. Hacer yogures o amasar pan es sencillo y divertido. Deja que ellos amasen y modelen su panecillo a su gusto en la segunda fase del amasado. Haz que observen cómo leva la masa o cómo se cuaja la leche transformándose en yogur. Hechos sencillos y maravillosos. Qué rico está todo cuando lo has hecho tu mismo!
Busca un lugar cercano a casa -intenta no utilizar el coche- y sal a pasear al atardecer. Un jardín puede ser un lugar perfecto pero intenta que no se escuche el tráfico de la ciudad. Los días son largos y un plan perfecto puede ser dar un paseo esperando la puesta de sol o comer juntos un bocadillo a la orilla del mar. Escuchar los sonidos del atardecer, observar el tocón de un viejo árbol, mirar los pájaros que ya se acuestan, observar los insectos que van buscando su escondrijo. Cualquier detalle es adecuado para cultivar vuestro sentido del asombro.
Leeles cuentos sencillos y agradables, dedica un momento en el día para la lectura. También para tus propias lecturas. Busca consejo si lo necesitas. Dedica un tiempo para ir a la biblioteca municipal y buscad juntos un libro para cada uno.
Descubrir juegos originales es una manera divertida de estar juntos. Son juegos que pueden ser un reto para todos. A nosotros nos encanta el gato equilibrista. Muchas veces lo llevamos de viaje y en cualquier momento nos hace pasar un rato estupendo. Es igual de fácil o difícil para mayores y para niños, es un reto para todos. Haz puzzles. Hay tantas opciones en el mercado que puedes elegir en base a vuestros gustos y la dificultad. Procura que sean accesibles para ellos y simplemente colabora para ayudarles a avanzar.
Déjate llevar. Con música infantil o con aquellas canciones que más te gustan a ti. No tengas vergüenza y baila descalzo junto a ellos. Su sentido del ritmo y del espacio es sorprendente. Fíjate en ellos, imítales, libérate. Canta, libera tu garganta de tensiones y miedos, expresate y ayúdales a ser expresivos.
Un museo en tu barrio o en tu ciudad, un pueblo cercano. Son tantos los lugares por descubrir que hay cerca de casa que bien merece la pena dedicar alguna mañana a conocerlos. Nosotros somos los primeros que tenemos muchas tareas pendientes y este año ya hemos cumplido con algunas de ellas. Estoy pensando en esos lugares por los que pasas cada día y que merecen una visita pero siempre piensas que será otro día. Regresar al Castillo de Santa Bárbara en Alicante o visitar el pueblo de Biar han sido momentos fantásticos para nosotros y seguro que hay muchos lugares cercanos a vuestra casa que merecen la pena para aprender y disfrutar juntos.
Vista de Biar desde la torre de su castillo (Alicante, 2015) |
Recreación de Alicante con «clicks» en el Castillo de Santa Bárbara |
Vistas del mar desde el Castillo de Santa Bárbara (Alicante, 2015) |
Y por último, pero no menos importante, busca momentos para no hacer nada, para el aburrimiento, para relajarte y vaciar tu mente. Deja que ellos se aburran y busquen sus propios recursos para llenar su tiempo y jugar a su aire. Me encanta compartir mi tiempo con ellos pero no soy una monitora para el tiempo libre. Deja que se enfrenten al vacío de disponer de su tiempo para ellos mismos y no saber cómo utilizarlo. Tras unos minutos, a veces eternos, encontrarán la manera de ocuparlo. No caigas en la tentación de poner la tele ni darles un vídeo juego, verás lo reconfortante que es cuando descubres que sois capaces de vivir conscientemente vuestra vida aunque de vez en cuando aparezca el aburrimiento.
Detalles que transforman una acción cotidiana en un momento especial |
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
¿Cuánto hace que no me aburro? Me acabo de dar cuenta que hace tanto que ni me acuerdo. Hay veces que siento que si no ocupó el tiempo, no lo aprovecho, que si no hago algo cuando tengo tiempo, luego me veré ahogada. Es estresante.
Aburrirse también es hacer algo. Es como cuando dicen que no hacer es estar haciendo algo (yo y mis divagaciones).
En fin, un post para recapacitar.
Gracias por compartir esos buenos consejos.
Un abrazo muy fuerte
Nosotros intentamos vivir como cuando no teníamos dispositivos electrónicos inalámbricos (es dificil, casi no lo recordamos) y, entonces, había muchos momentos «muertos». Momentos de estar con nosotros mismos, momentos de «aburrimiento». Nuestro cerebro necesita de esos momentos para evitar el estrés y la ansiedad. Hay que intentarlo, al menos.