Hay lugares a los que no nos cansamos de acudir una y mil veces. Paraísos cercanos en los que disfrutar en familia, visitar bellos pueblos, pasear por el monte y saborear una deliciosa comida mientras conversamos y los niños juegan. Uno de esos lugares es el Maestrazgo. Esta región,  compartida por las provincias de Castellón y Teruel, está llena de encantos sorprendentes. En estas fechas comienza la temporada micológica y son muchos los apasionados por las setas que acuden a recolectarlas o a saborear ricos platos en las semanas gastronómicas que allí se organizan.
Mirambel es una de las joyas del Maestrago turolense (Mirambel, 2015)

Este territorio tiene muchos elementos que lo identifican. La elevada altitud hace que sus montes se conviertan en duros páramos allá donde el viento y la nieve se hacen fuertes en invierno, y el sol y la sequía lo arrasan todo en verano. En zonas menos sufridas, los bosquetes de carrascas y árboles caducifolios crean bellos enclaves que en estas fechas se tiñen de colores cálidos: rojos, anaranjados, ocres y amarillos. La gente que ha habitado estos lugares desde antiguo se adaptó a vivir con poco. Cultivando cereales y patatas, criando ovejas y posteriormente cerdos. Preparando sus campos y corrales a base de sacar las losas de piedra que todo lo cubren y construyendo las bellas paredes que ahora definen este territorio.

Las paredes de piedra y los portones son un símbolo de esta región (Vilafranca, 2015)

Una vez más hemos viajado al Maestrazgo, a las comarcas de «Els Ports i l’Alt Maestrat». La última vez fuimos para subir al Penyagolosa, su cumbre más elevada. Esta vez ha sido para celebrar el aniversario de mi padre que nació hace 77 años en Vilafranca del Cid, uno de esos pueblos del Maestrat castellonense. Siendo así, vamos a empezar el recorrido por Vilafranca, el lugar donde enraiza una parte de mi pasado.

VILLAFRANCA DEL CID

Situada en el Alto Maestrazgo, siempre ha formado parte de las historias que nuestro padre nos contaba cuando mi hermana y yo éramos niñas. El frío del invierno, las grandes nevadas, los paseos hasta Les Fonts del Llosar, las travesuras cuando robaban patatas en los campos para después asarlas con los amigos a escondidas y, por supuesto, los nostálgicos recuerdos familiares. Pensamientos de aquellos años en los que mi padre se cobijaba en las faldas de su madre -mientras en la fábrica, las máquinas hilaban calcetines a toda hora- o cuando, tras la cena, la familia se reunía a cantar zarzuelas, jotas y boleros.

El termino municipal de Vilafranca se eleva a más de 1.600 msnm
Villafranca tuvo una época de esplendor industrial en el siglo pasado. Ahora se sostiene en la empresa Marie Claire y en un creciente turismo rural. Su bella iglesia, la hermita de la Mare de Deu del Llosar, algunas casas solariegas y su antiguo horno restaurado bien merecen una visita. Lo que más nos llamó la atención fueron los retablos de la iglesia y el Museu de Pedra Seca. Un museo así era necesario para honrar esta bella tradición de construcción de paredes y casetas con losas de piedra sin utilizar ningún tipo de cemento ni argamasa. Escuchar las interesantes explicaciones de Guillem nos hizo sentir mucho orgullo por el trabajo de aquellas gentes y por todas las que en la actualidad se esfuerzan en conservar su legado.
El Museu de Pedra Sec és un buen lugar para aprender (Vilafranca, 2015)
Las paredes de piedra aparecen por todas partes (Vilafranca, 2015)

Cerca de Vilafranca, en la Pobla del Bellestar, encontramos un precioso puente gótico del siglo XIII que servía antiguamente para superar el río de las Truchas (riu de les Truites). En esta pequeña pedanía están los orígenes de la actual Vilafranca. Es el punto de encuentro de las provincias de Teruel y Castellón y, según cuentan las crónicas, fue por aquí por donde el rey Jaume I entró desde tierras aragonesas en su conquista del Reino de Valencia.

Puente gótico en la Pobla del Bellestas (Vilafranca, 2015)
Atardecer sobre el puente de piedra del siglo XIII (Vilafranca, 2015)

ARES DEL MAESTRE

Es probablemente la puerta de entrada al Maestrazgo desde la costa mediterránea. Este municipio con unos 200 habitantes se eleva a 1.194 metros sobre el nivel del mar. Para llegar hasta él hay que tomar la carretera CV-15 y ascender en dirección noroeste. Es identificable por el enorme promontorio sobre el que se eleva. Destacan las ruinas del castillo, como si de una corona se tratase y domina el entorno desde la enorme muela donde se ubica el pueblo.

Fuente www.turismoruralcastellon.com

Su historia se remonta a épocas muy lejanas. En su término municipal podemos visitar la Cueva Remigia donde ya nuestros antepasados dejaban sus obras más creativas impresas en la piedra. Por este pueblo han pasado íberos, romanos, musulmanes y, finalmente, Jaume I que la reconquistó en 1232.

MORELLA

Es, sin duda, la reina de la región.  Es la ciudad guapa que atrae todas las miradas, todos los turistas acuden aquí en masa a pasear por sus calles bellísimas y «hacerse una foto con ella». Y es que Morella vale mucho la pena, pero no hay que limitarse sólo a ella. Este municipio cuenta con unos 2.700 habitantes. Forma parte de la red de los pueblos más bonitos de España. Podéis leer más detalles de nuestras visitas a Morella aquí.

Las vistas de Morella por la carretera CV-12 son impresionantes (Morella, 2015)

Entre su legado histórico y cultural destaca la iglesia de Santa María, de construcción gótica, con un coro elevado de bóveda casi plana -envidia de muchas catedrales- y una escalera de caracol que se enrolla en una de las columnas y que deja boquiabierto a cualquiera por los relieves historiados que presenta. Además, encontramos el convento de San Francisco y el enorme castillo que ocupa más de 1.000 metros cuadrados (construido aprovechando los basamentos de la propia montaña).

Relieves historiados de la escalera que sube al coro (Morella, 2015)
Junto a la Cuesta de Suñer encontramos
un enorme reloj de sol (Morella, 2015)

Morella está rodeada de bellas murallas medievales con un perímetro de unos 2.500 metros y una altura que puede alcanzar los 15 metros. Son varias las puertas de acceso destacando la puerta de Sant Miquel. Pero son muchas otras, como la de San Mateo, la del Forcall, la del Rey y la nevera. Cada seis años se celebra la fiesta del Sexenni que es única y muy interesante.

La plaza de la Iglesia de Santa María es uno de los conjunto más bellos de nuestra comunidad (Foto de Malena)
Detalle del acceso por la puerta de Sant Miquel (Morella)

CANTAVIEJA

Cantavieja, o Cantavella para los habitantes del Maestrat castellonense, destaca sobre todo por su ubicación. Situada sobre una enorme muela alargada podríamos decir que no necesita de murallas pues los empinados riscos la han protegido siempre de cualquier intento de invasión. Llama la atención su gran plaza, así como las iglesias de la Asunción y de San Miguel. El Ayuntamiento se sitúa en la plaza con arcos que es el centro de reunión de habitantes y visitantes.

Viajando encuentras elementos comunes a tu propia existencia (Cantavieja, 2015)

Es destacable la inscripción que aparece sobre la fachada del consistorio. Allí nos detuvimos a descansar, a tomar unos dulces  merendar, mientras los niños jugaban y corrían incansables y nosotros nos asomábamos a los de ellos miradores que permiten disfrutar de las profundas gargantas que rodean al pueblo.

«Esta casa odia la maldad, ama la paz, castiga los crímenes,
conserva los derechos, gusta de los honrados»
Algunas casas abandonadas dejan ver la bella iglesia (Cantavieja, 2015)

MIRAMBEL

Siempre es difícil elegir, pero probablemente sea Mirambel el pueblo más bello de la zona. Situado en la provincia de Teruel cuenta solo con unos 100 habitantes. Su centro histórico es de tal belleza que cada calle, cada rincón, cada edificio y cada mirador son una excusa para detenerse a disfrutar del ambiente medieval que en este pueblo se respira. En el año 1981 fue condecorada con la medalla de oro de Europa Nostra, gracias a las tareas de restauración que se han venido realizando década tras década.

Las casas señoriales nos recuerdan un pasado esplendoroso (Mirambel, 2015)
Algunos edificios sin resturar ponen edad a este pueblo (Mirambel, 2015)

Para acceder a Mirambel hay que pasar las murallas a través de alguna de sus puertas. Nos encanta la Puerta o Portal de las Monjas por la decoración de las celosías que recuerdan a flores y otras creaciones de aspecto natural. En este pueblo podemos disfrutar de varios palacios renacentistas como la casa Aliaga o la casa Castellot. Con sus ventanales, pórticos y galerías de arcos dan al conjunto una belleza acrecentada por el color de la piedra utilizada en la construcción.

Celosías del convento junto al Portal de las Monjas (Mirambel, 2015)
Detalle del portero en una casa de Mirambel

LA IGLESUELA DEL CID

Y terminamos nuestra visita en La Iglesuela del Cid a pesar de que esta vez no pudimos pasear por el pueblo. En plenas fiestas, al atardecer, se sacan los toros a la calle y sólo los más atrevidos osan
a participar en ese espectáculo denostado por muchos pero que sigue siendo una de las fiestas tradicionales y más populares que se celebran en este territorio.

Festejos taurinos en las calles de la Iglesuela del Cid
La tarde va cayendo. Ya hace frío. Estamos a unos 1.000 metros de altitud y se nota. La bellísima piedra amarillenta da a la Iglesia de la Purificación un aspecto realmente imponente pero decidimos retirarnos. Pensamos en la cena, y nos vamos a buscar un lugar en el que reposar el agotamiento de estos días y reponer fuerzas saboreando algún sabroso guiso casero.
Iglesia de la Purificación (Iglesuela del Cid, 2015)

Ya sabéis, no hay excusa. Visitar el Maestrazgo es casi una obligación y seguro que lo váis a disfrutar muchísimo. Es un buen plan para cualquier fin de semana. ¿A qué estáis esperando?

DATOS PRÁCTICOS

Alojamiento: son muchas las casas rurales y hoteles familiares que puedes encontrar en estos pueblos. Nosotros destacamos La Casa del Mercat por su ubicación en el centro de Vilafranca, por su precioso diseño, la amplitud de sus habitaciones y la comodidad de las estancias. Además, los dueños son amabilísimos y siempre dan consejos ideales para disfrutar en la zona.

En otras ocasiones hemos estado en el Hotel Prismark en Vilafranca dónde hay disponibles habitaciones dobles y triples a un precio adecuado con desayuno incluido. Vale la pena disfrutar del menú de la cena y aprovechar para saborear algunos de los platos típicos de la zona como los caldos, los asados de cordero en todas sus variantes y, por supuesto, la dulce cuajada para postre.

Desayuno en familia: 10 miembros en esta expedición (Foto de Malena)

Comer: en La Fonda  de Morella celebramos la comida familiar de aniversario. Es difícil elegir en esta zona pues son muchos los restaurantes recomendables. Nos sorprendió gratamente este lugar, a un buen precio comimos diversos platos del menú y saboreamos los ricos ingredientes cocinados con gusto y delicadeza.

La gastronomía de la región es uno de sus mayores atrativos

Merendar: es imposible sustraerse de saborear los deliciosos dulces que en todas las panaderías se exponen tras las vitrinas y son la excusa perfecta para disfrutar de una deliciosa merienda mientras se descansa en cualquier rincón de alguna de las bellas calles de estos pueblos del Maestrazgo.

Los dulces son la mayor tentación

Cómo llegar: desde la costa de Castellón es muy fácil llegar a Morella por la N-232 desde Vinarós o a Ares y Vilafranca por la CV-15. Desde Teruel, las carreteras A-225, A-226 y A-227 comunican ambas provincias. Un poc más al norte está el precioso Parque Natural de la Tinença de Benifassa que merece también una escapada.

Son muchos los lugares de interés además de los que os hemos indicado

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