Todo lo que vivimos llega a nosotros a través de los sentidos. Solemos pensar que nuestro cuerpo se caracteriza por al presencia de 5 sentidos o órganos fundamentales para captar los estímulos que recibimos desde fuera y dentro de nuestro cuerpo: tacto (piel), olfato (nariz), vista (ojos), gusto (lengua y nariz) y oído. Sin embargo, son muchos más, por ejemplo, el equilibrio que está anatómicamente ligado al oído pero que se encarga de funciones muy particulares. El Museo Sensorium presenta una exposición muy diversa con múltiples juegos y actividades para estimular nuestros sentidos.
El Museum Sensorium se encuentra ubicado dentro del complejo cultural Ruettihubelbad a 16 km al este de la ciudad de Berna. Ofrece multitud de actividades culturales y vivenciales para familias y personas interesadas en profundizar en un modo de vida natural, sensible y vivencial, también reflexivo. Incluye un hotel y restaurante, sala de conciertos y exposiciones y, además, el museo de que os vamos a hablar en este escrito.
¿Qué nos gustó del Museo Sensorium?
Como os decíamos al principio, para muchos especialistas y estudiosos, los sentidos son muchos más. En la visita a este museo no pudimos dejar de encontrar muchos vínculos con la pedagogía Waldorf. El tipo de materiales empleados y las actividades propuestas nos resultaban muy familiares aunque, lo cierto es, que son propias del centro de Europa.
Rudolf Steiner no hablaba de 5 sentidos, él pensaba que eran 12 lo sentidos que nos ayudan a vivir y vivenciar. Estos 12 sentidos se agrupan en los sentidos corporales, los sentidos emocionales y los sentidos sociales. Como podéis leer en este artículo de Jesús Montero Tirado, educar los sentidos es esencial porque «solamente con los sentidos externos e internos desarrollados, sensibles y educados la persona puede conocerse a sí misma y puede identificar la situación, el estado y evolución de su propia realidad en todas sus dimensiones«.
Nuestros sentidos van madurando a medida que crecemos y permiten al ser humano situarse equilibradamente en el mundo que habita si se desarrollan adecuadamente tal y como explica Tamara Chubarovsky en este artículo. Nuestra percepción es que nuestro modo de vida actual y el modelo educativo imperante, no facilita un desarrollo completo de todos los sentidos. Es por ello que analizamos pobremente nuestra realidad y sufrimos con frecuentes desequilibrios que podrían corregirse con un buen conocimiento de nosotros mismos.
¿Qué váis a encontrar en el Museo Sensorium?
En el Museo Sensorium se han diseñado 80 estaciones sensibles en las que jugar y experimentar de manera intuitiva. Piedras sonantes, gongs, discos rotatorios, caleidoscopios, fluidos, camino sensitivo, espejos, juegos de equilibrio… En la galería de su web podéis ver muchos más detalles. Distribuídas en un precioso edificio de dos plantas, todo es accesible para personas con problemas de movilidad o accesibilidad.
Los horarios varían según la época del año. Se pueden comprar entradas para un día y también acceso a grupos y visitas guiadas. A lo largo del año se realizan en el museo talleres y actividades formativas. Además en el museo hay un agradable restaurante que ofrece comidas a mediodía y se pueden organizar fiestas: también de cumpleaños! Es un museo ideal para pasar una mañana o una tarde completa (tened en cuenta los horarios centroeuropeos: cierran temprano).
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Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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