Hoy dedico esta entrada especialmente a mi Yaya María. Hemos visitado el fantástico Museo del Recuerdo en el Instituto de la Patagonia. Hemos disfrutado como enanos, los cuatro. Es una muestra de carros, maquinas de vapor, de casas, de instrumental, de recuerdos maravillosos que se han ido recogiendo y mostrando. Incluso estaba la campana de la primera misión salesiana. Es increíble. No he dejado de pensar en mi abuela porque, para nosotros, esta parte de la historia ha pasado un poco por alto, es muy reciente y casi no damos valor al modo de vida de finales del XIX y principios del XX. Pero, claro, aquí este pasado es su origen, el origen de la fundación de esta ciudad.
Han recogido incluso todas las instalaciones y materiales de una farmacia, una panadería, una relojería, una sastrería… El cine, el dentista… Ambulancias a tracción animal… Una buena manera de concluir nuestra visita a esta ciudad que para muchos en una simple parada en su viaje a Torres del Paine. Este tiempo aquí nos ha permitido ir de la Naturaleza al Ser Humano, conocer un poco más de este lugar y de sus gentes. Ahora ya nos preparamos para seguir nuestro viaje hacia el sur para conocer el territorio de los Yaganes…
Y es que, estos seis días en Punta Arenas han pasado lentos. Hemos tenido tiempo para hacer turismo y también para hacer vida «normal». Hemos ido a Correos, al Banco, hemos jugado en los columpios, hemos comprado en el Supermercado y también hemos dado un paseo por el cementerio.
Nunca es fácil visitar un cementerio, al menos para mi, la sensación es extraña… sentir la presencia de tantas personas que aquí yacen y sentir que la vida pasa, pasa, pasa… por eso hay que vivirla conscientemente y aprovechar todo lo que nos ofrece. Probablemente lo mejor de esta experiencia en la que nos hemos embarcado, es la oportunidad de estar juntos, de poder estar juntos y descubrir lo que implica una convivencia plena. No siempre es fácil, podemos cansarnos, hay muchas rutinas en el viaje, el cuidado de los niños es permanente y no siempre hay espacio para uno mismo, pero realmente, es una oportunidad única.
No hice demasiadas fotos… Es destacable el monumento al «indio desconocido» en el que la gente deja sus promesas y esperanzas (no hice foto). También puedes ver la historia de esta tierra, de las gentes que aquí vinieron, los pioneros. Croatas, ingleses, italianos, españoles… todos ellos han dado a esta ciudad una personalidad especial.
Si queréis conocer más detalles de nuestro viaje por Chile, podéis consultar estos artículos:
- Itinerario: viaje a Chile durante más de 4 meses
- 20 razones para volver a Chile con nuestros hijos
- Viajar a la Patagonia por libre con niños
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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