La muerte de un padre deja un duelo. Supone la pérdida de quien te dio la vida y te insertó en el mundo. Nombre, linaje y estatus emanan del padre, en el marco de una sociedad patriarcal. Su recuerdo bien merece unos versos y un sentido pesar. Si su muerte, además, te hace consciente de cómo se desmorona el mundo en el que creciste y el dolor en sus carnes de un cáncer lacerante te permite vislumbrar la crueldad inclemente de la muerte y lo efímero de la vida, entonces tus versos expresarán con trágica maestría la congoja desconsolada que se siente ante la fugacidad y el vacío profundo de la existencia humana. 

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando;

cuán presto se va el placer;

cómo después de acordado

da dolor;

cómo a nuestro parecer

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.

Visitar Segura de la Sierra es un viaje a un tiempo pasado. Ciudad natal de Jorge Manrique, autor de las Coplas por la muerte de su padre, se yergue recia e inaccesible en la cima de un cerro escarpado sobre un mar de olivos. Arrancada a los moros en el siglo XIII, fue dada en custodia a la Orden de Santiago, llegando a ser, en el siglo XV, plaza fuerte de la congregación y alcázar donde residía el maestre de la misma, don Rodrigo Manrique, el padre poéticamente honrado por el ilustre creador de versos que fue su hijo Jorge.

 

Familia de estirpe noble, alcanzó los mayores privilegios del Reino de Castilla al servicio de la corona y en la lucha contra los moros. Lealtad y coraje fueron sus divisas. Virtudes de una época en crisis, pues la mudanza de los tiempos y los vaivenes de la fortuna habían empezado a encumbrar como nobles e hidalgos a menesterosos, burgueses y hacendados de sangre turbia y títulos debidos al peso creciente del vil metal.

No es de extrañar, pues, que aquel noble poeta de carácter melancólico y taciturno echara de menos los tiempos fieros de antaño, en los que la valía y la nobleza de un hombre se medían en virtud de su ardor en la batalla y su fidelidad a los vínculos de sangre, más que por lo abultado de su estipendio o por la generosidad de sus dádivas para con la Corona. Pero, como sentenciara un siglo más tarde otro gran poeta, don Francisco de Quevedo, poderoso caballero es don Dinero.

 

La nostalgia por el tiempo pasado es un mal común y muy extendido. De otros tiempos… y de hoy. Pues no es extraño hallar a quienes, en este tiempo de crisis y desconcierto, añoren las viejas glorias, los imperios y las majestades. Peregrinos trasnochados que hoyan los caminos de vetustos reinos y caballerías, haciendo gala con denuedo de hombrías desusadas al tiempo que lancean jabatos en monterías cortesanas y televisivas o que dan el estoque a reses bravas en las corridas parlamentarias de la tauromaquia política. Los hay, incluso, que añoran los belicosos lances con los moros y que se recrean vilipendiando a los desafortunados que naufragan en las costas o que yacen molidos a palos al pie de las alambradas de la frontera. Tal es la inhumanidad que inspira la nostalgia.

 

Por fortuna, un espíritu resiliente no sucumbe al encanto de la nostalgia, a ese encantamiento que ofusca el seso a los hidalgos y los torna caballeros andantes y desfacedores de entuertos.

Hoy, cuando un espíritu lúcido visita Segura de la Sierra y comprende los vínculos históricos que lo ligan al pasado, sabe que aquellos vínculos ya no condicionan su futuro. Esta lucidez que supuso la ruptura definitiva con el pasado se llama Modernidad. Es la misma lucidez resiliente que liberó a otro gran poeta andaluz de su pasado y lo inspiró para proclamar:

 

Caminante, son tus huellas

el camino y nada más;

Caminante, no hay camino,

se hace camino al andar.

Al andar se hace el camino,

y al volver la vista atrás

se ve la senda que nunca

se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino

sino estelas en la mar.

 

Pasado, presente y futuro. Lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos. En todo esto piensa el visitante, cuando llega a Segura de la Sierra. Un viaje a través del tiempo.

Algunos consejos para visitar Segura de la Sierra

  • Aparcamiento a la entrada de Segura

Justo en la entrada del pueblo, al lado del pabellón municipal, tienes un aparcamiento donde dejar tu vehículo. Te recomendamos aparcarlo aquí y visitar el pueblo caminando. Incluso puedes llegar a pie al castillo dando un paseo cómodo, eso sí, en pendiente. Si viajas con personas de movilidad reducida o niños pequeños, tienes un aparcamiento junto al castilo para 6-8 vehículos.

  • Mirador de Segura

Un poco antes de llegar al pueblo, esta el mirador junto a un cartel de bienvenida. No se puede aparcar allí pero es un breve paseo por la carretera desde el pabellón deportivo. No dudes en ir hasta allí y disfrutar de las vistas de Segura de la Sierra y su castillo.

  • Baños árabes

El acceso a los baños es gratuíto. Están abiertos al público y la entrada es libre. Visita el lugar con respeto y asómate al mirador que hay al lado, es un rincón delicioso. Para llegar a los baños debes bajar por la callecita que hay a la derecha de la igledia de Sta. María del Collado, junto a la fuente de Carlos V.

  • Fuente imperial de Carlos V y la iglesia de Sta. María del Collado

Data de 1517 y se ubica frente a la iglesia de la localidad. Incluye el escudo del emperador con las armas y el águila bicéfala. La iglesia se construyó sobre un antiguo templo románico y fue restaurada a principios del siglo XIX tras haber sido dañada e incendiada por las tropas napoleónicas. De ella destaca su torre que domina las vistas de Segura junto a su castillo.

  • Castillo de Segura

La visita al castillo de Segura es una visita obligada. La restauración nos gustó mucho así como el itinerario de la visita. Todo es muy interesante y, además, muy ameno para visitarla con niños. Se recorren los antiguos baños termales, se recorre la muralla, se sube la torre del homenaje y, finalmente, la iglesia. Hay varias proyecciones audovisuales y, además, una divertida «máquina del tiempo». Desde la torre, las vistas del cerro del Yelmo son espectaculares y se puede apreciar su perfil que recuerda a la cara de un indio tumbado. Al finalizar la visita, nosotros aprovechamos para compar en la tienda algunos quesos y aceitunas de la comarca. La entrada reducida cuesta 3,5 €/persona.

Si estáis planeado una vista a Segura de la Sierra os recomendamos visitar estas páginas web:

Otros destinos en Andalucía que te recomendamos visitar:

En nuestra visita a la Sierra de Segura nos alojamos en Benatae, muy cerquita de Segura de la Sierra gracias a un intercambio de casa. Si te apetece conocer más sobre el intercambio de casas con HomeExchange, puedes leer este artículo en el que te contamos todos los detalles de nuestra experiencia.

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