Quien se empeñe en pensar lo contrario… está en su derecho pero, sinduda, está equivocado. Todos venimos de un pasado diverso, de encuentros de personas de diversas culturas que, a lo largo del tiempo, se fueron enriqueciendo. Nuestro país es el resultado de la diversidad: culturas y tradiciones, personas y experiencias, tradiciones y maneras de ver el mundo. En esta suma de colectividades, una tradición muy importante es la de la cultura sefardí (también conocida por cultura andalusí). Cuando visitamos Córdoba no perdimos la oportunidad de visitar la Casa de Sefarad en la Judería.
La Casa de Sefarad intenta poner en valor y recuperar la identidad judeoespañola en nuestra historia. En su casa museo podemos conocer, a través de objetos diversos, la manera de vivir de las familias judías en Córdoba. Situada junto a la vieja Sinagoga de Córdoba en la Calle Judíos, en este museo váis a poner recuerdos y memoria a la vida y el exilio de las familias sefardís. Todo quedó abandonado y, en muchos casos oculto durante siglos, hasta nuestro presente.
Dividido el museo en diversas salas váis a encontrar espacios dedicados a temas de gran interés como las fiestas y celebraciones, la música o el papel de la Inquisición en la persecución y expulsión de esta comunidad. Es impactante conocer los documentos y testimonios que nos quedan de aquella época. Así es posible visitar Córdoba siguiendo la ruta sefardí que permite detenerse en diversos lugares relevantes como la Casa de Sefarad.
El médico y filósofo Maimónides ocupa un espacio destacado en esta casa-museo y en la propia Judería de la ciudad de Córdoba. Nos gustó mucho explicar a nuestros hijos su historia y leer con ellos el cómic que acerca a los más pequeños la biografía de este sabio cordobés. Nacido en el año 1135, vivió sus primeros años en esta ciudad de la que tuvo que huir por la presión de los almohades. Vivió hasta su muerte en Egipto pero siempre se calificó a si mismo como «sefardí», es decir, de origen hispano. Con una ingente obra filosófica y médica, es un referente de esta cultura.
Nos gusta destacar especialmente la Sala de las Mujeres: «Mujeres. Mujeres olvidadas. Mujeres bibliotecarias, pensadoras, poetas, médicas… existieron» dice el folleto de la Casa de Sefarad. Una importante poetisa nacida en Bagdad como Qamar que, además, era una refinada cantora que debió bibir como esclava. Su conocimiento de la literatura y la música. Muhya bint al-Tayyani fue también una importante poetisa protegida por la princesa Wallada que era una notable promotora de la literatura y el arte en la ciudad. Sara «la Goda» – era nieta de un rey visigodo – pertenecía a una importante familia andalusí y fue una relevante por su enfrentamiento con el Califa de los Omeyasen Damasco. Además de estas, en el museo, hay referencias a científicas y matemáticas que tuvieron un papel destacable en su época.
Este símbolo en forma de mano que habréis visto en muchas ocasiones se llama Hamsa que significa «cinco». Este símbolo, utilizado también como amuleto, protegía contra los infortunios, los problemas personales… Es un símbolo preislámico utilizado por la cultura sefardí. En la tradición musulmana -según aprendimos en el museo- se llama la mano de Fátima, para los judíos, es la mano de Miriam. Este símbolo une a ambas culturas que comparten, junto con nosotros, muchas costumbres y tradiciones. En la tradición islámica se relaciona con los 5 pilares del Islam y, en la cultura judía, con los 5 libros del Torá.
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Nos gusta encontrar en nuestros viajes lugares como este que ponen en valor el papel de las mujeres en la sociedad. En casa, con sus familias, en los diversos ámbitos profesionales y culturales. En la Casa de Sefarad aprendimos muchas cosas y agradecimos que se dedicase una parte de la exposición al papel de las mujeres en Sefarad.
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
Muy chulo! Lamentablemente el día que fuimos era 31 de diciembre y me quedé con las ganas de visitar muchos sitios. Pero vimos la mezquita y el Alcázar de los Reyes Católicos, además de recorrer sus calles y disfrutar de su gastronomía. Volveremos y anoto la Casa de Sefard. La replacita con la escultura de Maimónides si que la ví.
Un abrazo
A nostros nos pasó con la Sinagoga Blanca, estaba cerrada por reformas. Tenemos muchas ganas de regresar a Córdoba en primavera. Es una ciudad tan bonita!