Hallstatt es uno de esos lugares que el turismo ha transformado debido a la enorme publicidad que ha tenido por diversos canales. El primero fue entrar a formar parte, en 1997, del catálogo de la UNESCO como paisaje cultural destacado por formar parte del Patrimonio de la Humanidad. Posteriormente entró en las listas de los pueblos más bonitos del mundo y esto hizo que aún fuera más conocido. 

Todos los detalles están cuidados en Hallstatt

Pero fue seguramente la película Frozen en 2013 la que lo catapultó a los must del turismo de masas por inspirar el diseño del famoso reino de Arendelle junto con los paisajes de los maravillosos fiordos noruegos. Después llegaría Instagram y la difusión de miles de fotos preciosas en cualquier época del año.

Y es que Hallstatt es realmente un pueblo bucólico ubicado en un lugar hasta hace pocas décadas inaccesible. Sin embargo, el turismo masivo hace que debamos plantearnos bien cómo organizar nuestra visita, valorar qué merece la pena hacer allí y cuándo ir.

Con menos de 800 habitantes censados, recibe más de un millón de visitas al año. Según leímos, la presión turística es mayor en Hallstatt que en Venecia si tenemos en cuenta su superficie y número de habitantes. Sobre todo llegan hasta aquí turistas asiáticos a la búsqueda de fotos para su álbum de bodas o de recuerdos. En la región china de Guangdong hay un pueblo creado como una réplica exacta de Arendelle, no digo más…

Jugando junto al Museo de Hallstatt

Hallstatt es mucho más que un pueblo bonito

Hallstatt es una región única en el mundo, por sus paisajes y por su historia. La historia geológica de Europa dió lugar a enormes formaciones de sal que desencadenaron lo que se dió en llamar el periodo Hallstatt en la historia de la humanidad que corresponde con la etapa más antigua de la Edad de Hierro (1.200-450 a.C.).

Vistas del lago y el pueblo desde el funicular que sube a las minas de sal

En Hallstatt, cerca del acceso actual a las minas de sal, se encontró un enterramiento con más de 200 tumbas que contenían ricos ajuares muy bien conservados gracias, precisamente, a la sal impregnada de las rocas. Todo esto permitió datar y conocer toda una época de vida en el centro de Europa. Pero las minas de sal han sido explotadas desde hace milenios, siendo uno de los testimonios más antiguos que tenemos de la vida social y comercial de nuestra especie.

Hace unos años, en el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) hubo una interesantísima exposición y aquí podéis conocer más sobre la historia y las minas de sal de Hallstatt. Si pensáis visitar Hallstatt no dudéis en revisar este material didáctico tan interesante para niños y para adultos.

Las bonitas casas de Hallstatt se encaraman a las paredes verticales del lago

Cómo llegar a Hallstatt

Nosotros fuimos a Hallstatt con nuestro propio coche a nuestro regreso de Viena. Habíamos llegado a Viena tras hacer una ruta en bicicleta desde el nacimiento del río Danubio. Incluímos esta parada en nuestra ruta por los Alpes. Hallstatt está a algo más de 3 horas en coche desde Viena, recorriendo los preciosos valles de los Alpes austriacos. La mayor parte de los turistas llegan desde Salzburgo (72 km) para pasar un día. Desde allí salen muchas excursiones organizadas.

Vistas de Hallstatt bien temprano por la mañana

Otra alternativa es viajar hasta allí en tren, desde Salzburgo o Viena,  llegando a la estación que está al otro lado del lago Hallstatt y cruzar en uno de los barcos que salen desde el embarcadero. Debe ser fantástico tener esta vista del pueblo y llegar hasta él navegando.

Hace unos años solo era posible llegar a este pueblo por el lago o por los senderos. El espacio habitable es tan escaso y empinado, que antiguamente el acceso entre las casas se realizaba por una pasarela que conectaba las buhardillas de las casas. En 1890 se excavó el primer camino a través de la roca. En la actualidad hay una carretera y varios aparcamientos en el pueblo pero el espacio sigue siendo limitado.

Acceso a la pandería-cafetería en Hallstatt

Esto hace que sea esencial llegar muy temprano a Hallstatt si os apetece disfrutar del pueblo con calma y tranquilidad. Nosotros llegamos a las 7:30 de la mañana y disfrutamos de un delicioso desayuno en la única panadería abierta en el pueblo. Después dimos un paseo ideal por el pueblo cuando aún no había nadie y empezaban a abrir los negocios.

Si tenéis intención de llegar en vuestro coche, tened en cuenta que hay una limitación de plazas de aparcamiento. Hay dos parkings cerca de la rotonda de acceso al casco urbano y, el resto están ya en la carretera. Si no llegáis pronto, no encontraréis sitios, a no ser que coincidáis con unos madrugadores como nosotros saliendo ya del pueblo.

Escaleras de acceso al museo de Hallstatt

¿Qué ver en Hallstatt?

Lo mejor es dar un paseo por el pueblo y detenerse a admirar las casas de madera encaramadas a las paredes verticales del valle, sus iglesias y embarcaderos.

  • Karner Beinhaus o Casa de los Huesos: un lugar muy particular donde se almacenan decenas de calaveras recuperadas del cementerio de Hallstatt ya que, por la falta de espacio, los huesos se recuperan a los diez años de haber sido enterrados y se trasladan a una fosa común. Aquellos que así lo desearon, pueden “exponer” su calavera en este lugar y, además, lo harán bellamente decoradas con su nombre inscrito y adornos florales decorativos.
  • Plaza del Mercado y estatuta de la Santa Trinidad: es uno de los puntos más pintorescos y sus casas de colores siempre están decoradas con preciosas flores. 
  • Welterbemuseum: su muestra repasa los 7000 años de historia de este lugar con objetos, vestidos y todo tipo de información vinculada espacialmente con la extracción de la sal y su comercio.

 

La bonita plaza del mercado de Hallstatt

Las minas de sal de Hallstatt

Visitar el pueblo de Hallstatt y tomar unas fotos era uno de nuestros objetivos, pero lo que realmente nos apetecía era entrar en las famosas minas de sal. Para llegar a las minas se puede subir por un empinado sendero o tomar el funicular que hay junto al pueblo.

Acceso al funicular para subir a las minas de sal y al mirador Skywalk

La visita a las minas de sal o Salzwelten es toda una experiencia. En su web podéis reservar los tickets o los podéis comprar en la oficina del funicular si llegáis pronto. Tened en cuenta que los niños pueden acceder a partir de los 4 años. La visita dura unas 3 horas.

Desde la estación del funicular hay unas vistas espectaculares del lago de Hallstatt y se puede acceder gratuitamente al espectacular mirador Skywalk. Además está el restaurante Rudolfsturm donde podéis tomar un café, almorzar o comer después de ver la mina disfrutando de las espectaculares vistas del valle y las montañas.

Vistas del lago desde el mirador Skywalk

 

El sendero hasta las minas pasa por algunos de los puntos en los que, a finales del siglo XIX, Johann Georg Ramsauer hizo alguno de sus hallazgos vinculados con la extracción prehistórica de sal. Hoy en día hay diferentes puntos en los que se explica toda esta historia que podéis conocer al detalle con una audioguía. Como si fuera un museo al aire libre, vamos paseando por el bosque mientras aprendemos detalles de las antiguas minas de Hallstatt.

Paseando por el sendero hacia las minas de sal

Aquella labor continua en la región y se sigue extrayendo salmuera que se procesa en el valle tras disolver la sal del interior de las montañas. Este sistema de explotación se desarrolló hace más de 400 años y sentó las bases de la industria salinera.

La visita a las minas consiste en un recorrido por su interior bajando a varios niveles. Para ello se utilizan los toboganes de madera que hacen las delicias de los visitantes. Siempre acompañados por un guía, la visita es superinteresante y muy divertida. 

Entrada a la mina Cristina donde se inicia la visita

En el interior de la mina podréis descubrir además algunos elementos de gran valor histórico como la antigua escalera utilizada por los primeros mineros que trabajaron aquí hace siglos. Para salir de la mina nos espera la última sorpresa, un trenecillo que saca a los visitantes del interior de la montaña por una estrecha galería.

En el interior de la mina, la visita recorre varios niveles y ofrece muchas sorpresas

 

Otros puntos de interés cerca de Hallstatt

Disfrutar del lago Hallstättersee no es tarea fácil ya que apenas hay un lugar donde detenerse, poder aparcar el coche y poder tomar un picnic. Como ocurre en muchas otras zonas turísticas en Austria, los escasos aparcamientos son de pago y bastante caros. Sin embargo, logramos encontrar un lugar perfecto para disfrutar en familia. Os recomendamos el aparcamiento que se sitúa junto al bar-restaurante Einkehr Stub’n que tiene acceso directo a lago, mesas de pícnic y alquila kayaks. Apuntad este lugar porque hay pocos lugares como este en los alrededores de Hallstatt.  

El mejor lugar para disfrutar del lago es el restaurante Einkehr Stub’n

Tras pasar la mañana conociendo Hallstatt, disfrutamos la tarde junto al lago

Hacia el interior del valle está la cascada Waldbachstrub a la que se llaga por un sendero muy bonito. Es un salto de agua de unos 80 metros de altura.

Al otro lado del lago, desde la localidad de Obertraun, se puede subir en teleférico a una zona de los Alpes austriacos llena de atractivos. Desde allí puedes alcanzar el mirador 5 Fingers que tiene una increíble vista sobre el lago desde una plataforma de cristal que parece una mano. Para subir y acceder al mirador podéis adquirir los tickets en la página web. Desde allí, muchas otras atracciones como la ruta circular de Heilbronn, la Espiral, la Cueva del Mamut y la Cueva de Hielo.

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