¿Has tenido alguna vez la oportunidad de volar en globo? Hay experiencias únicas y especiales que a pesar de parecer propias de un viaje de aventuras, pueden ser vividas muy cerca de casa. Basta un poco de atrevimiento y el empuje de los que te quieren para ponerte en situaciones inimaginables. A lo largo de nuestra vida, las diversas etapas que la forman están marcadas por momentos especiales que, habitualmente, nos gusta enmarcar con «rituales de paso». Con la excusa de mi último cumpleaños, todo en secreto, me organizaron una sencilla fiesta sorpresa que fue acompañada de un regalo único y especial: un viaje en globo.

En la cesta justo antes de despegar

Nuestros padres y hermanos saben que a nosaltres4viatgem nos gusta disfrutar de aventuras en familia así que, coordinados por Pau, nos compraron billetes para subir los cuatro en ese globo tempranero. Allá que fuimos. Había que madrugar porque el vuelo es mucho más tranquilo y eficiente si el aire está todavía fresco -no hay que gastar tanto de combustible para calentar el globo. Acababa de salir el sol cuando desplegábamos la enorme sábana encima de tierra. Todos ayudamos y rápidamente los ventiladores inflar el globo de aire. Al encender los enormes quemadores, el globo se alzó majestuosamente y, enseguida, subimos a la cesta que nos debía transportar hacia arriba …

No había ni una nube, el día era espléndido y la experiencia prometía ser inolvidable. Como en cualquier vivencia que pueda recibir el nombre de aventura, no podemos negar que un cierto miedo nos invade: el hecho de dejarte despegar en una simple cesta cientos de metros supone una prueba de confianza en la persona que debe pilotar aquel sencillo aparato.

 

Después de subir más de 500 metros, superas ese miedo y empiezas a disfrutar del hecho de volar. Era la primera vez que volábamos realmente. Ahora lo sabemos. Habíamos subido muchas veces en avión y una vez en aquella avioneta en las Islas Galápagos con un piloto en prácticas que supuso para nosotros un vuelo increíble. Sin embargo, ahora sabemos que nunca habíamos volado como vuelan los gorriones cuando se dejan llevar plácidamente por las brisas matutinas, frescas y agradables, cuando no van a ninguna parte y simplemente aprovechan su capacidad de volar por sentirse los auténticos privilegiados de la naturaleza.

En nuestro globo podíamos viajar 9 personas

Volar en globo es así. Sosegadamente vas descubriendo una nueva perspectiva del paisaje. Si, además, vuelas por encima de tus sierras, del campo que te rodea habitualmente, de los caminos que visitas periódicamente, entonces el vuelo se convierte en una experiencia de enamoramiento. Aún quieres más a tu tierra, nuestra tierra. La sensación de conexión es inmensa y no puedes dejar de pensar en el privilegio tan grande que tenemos los seres humanos de poder ser conscientes de lo que supone vivir en esta Tierra. Esta casa que nos regala misterios y rincones encantadores a cada paso.

Descubrir la belleza del mundo no es fácil. A menudo nos movemos demasiado rápido, demasiado frenéticamente, para apreciarla. Viajar a pie, en bicicleta o en globo te da la medida real del mundo y te permite disfrutar plenamente del espectáculo de la naturaleza. Si vivieramos con más calma, el mundo se nos ofrecería a los ojos con un aspecto más bello y amable. Redescubriríamos el pozo de belleza que hay en nuestros ojos … Volar en globo es una oportunidad para hacerlo.

Volando en globo en la Vall d’Albaida (Bocairent, 2014)

En fin, es un privilegio volar globo y lo hemos hecho en familia de la mano de Totglobo. Esta es una iniciativa de dos hermanos, Raúl y Blas, que te transmiten, con su mirada, que hacen todo lo posible para vivir lo que más les gusta: su pasión por la naturaleza y la aventura. Con mucha ilusión, pusieron en marcha esta empresa cuando todavía eran unos adolescentes, prácticamente, y aún hoy hacen posible que mucha gente podamos vivir una experiencia única. Volar con ellos es, además, una forma de ayudarles a tirar adelante con lo que hace casi veinte años parecía sólo una locura de juventud. Ojalá que no desaparezcan nunca los jóvenes con todas sus locuras, su coraje y su alegría de vivir! Gracias a ellos el espíritu de aventura está vivo y se mantiene vivo, incluso, con el paso de los años, cuando se hacen mayores, en todos aquellos que apostaron, sin dudarlo, por sus sueños de juventud.

También te puede interesar:

Recuerda, puedes suscribirte a nuestro blog y también vernos en

Y si te gusta, comparte y así nos ayudas a difundir esta información.

Pin It on Pinterest

Share This