Será porque vivimos junto al mar Mediterráneo en Alicante que normalmente escapamos de nuestras playas en los meses de verano. En los meses de mayor afluencia turística solemos viajar o nos vamos al interior de la provincia. Pero, durante el resto del año, nos encanta disfrutar del mar haciendo escapadas cortas desde casa. Esta vez optamos por ir a  Ibiza en otoño aprovechando el puente del Pilar.

Calas cercanas a playas de Conte

El mes de septiembre y gran parte de octubre son un momento ideal para disfrutar del mar porque las aguas están calientes aún y el mar suele estar en calma al disminuir las brisas y oscilaciones térmicas diarias. Viajar a Ibiza en otoño es una oportunidad para bañarse en sus calas tranquilas y con menos turistas. 

¿Cómo nos trasladamos hasta Ibiza?

Desde la mayoría de aeropuertos españoles hay conexiones con Ibiza y la frecuencia de vuelos es bastante elevada, especialmente en primavera y Verano. Sin embargo, a nosotros esta vez nos apetecía tener una experiencia diferente y, además, queríamos llevar nuestro coche. Por este motivo decidimos hacer la travesía desde Denia con Balearia.

Espacios del catamarán de Balearia

La navegación desde Denia a Ibiza, y viceversa, dura entre 2 y 3 horas según el tipo de embarcación. Nosotros teníamos mucha ilusión de viajar en el precioso catamarán Eleanor Roosevelt que es un “fast ferry” de 124 m de eslora que se propulsa con gas natural. Puede transportar hasta 450 vehículos y 1200 personas.

Destaca la amplitud y el diseño de sus espacios. Incluye 4 tipos de categoría de butacas (estándar, superior, VIP y VIPplus). Nosotros viajamos en butaca estándar que son reclinables y acolchadas, y que cuentan además con conexión para auriculares, USB y enchufe de luz. Hay posibilidad de WIFI gratuita (servicio whatsapp o similar) y de pago. Además hay una zona de juegos infantiles y una terraza con bar. En el interior, 2 cafeterías con servicio de tienda.

El proceso de embarque dura aproximadamente una hora si llevas tu propio coche y está muy bien organizado. Si viajas sin vehículo el acceso se hace por la puerta superior del catamarán. Si vas con tu coche, se accede desde la bodega. En todo momento hay personal que te atiende para aparcar debidamente y dejar el vehículo como corresponde.

 

Nuestro alojamiento en Ibiza

Organizamos esta escapada una vez pudimos concretar un intercambio de casa en San Rafael de Ibiza, situado prácticamente en el centro de la isla y a solo 10 minutos de la ciudad de Ibiza. Nuestra casita estaba en medio del campo, contaba con un amplio jardín, porche y piscina. Era una casa sencilla pero superbien equipada y nos ofreció lo que buscábamos, poder desconectar y estar cerca de todo.

Nuestra casa de intercambio nos ofrecía todas las comodidades

Nos encanta todo lo que nos ofrece el intercambio de casas porque nos permite descubrir los destinos desde la realidad de los habitantes que allí residen. Porque nos ofrece una gran comodidad, especialmente viajando con nuestros hijos. Más espacio de juegos, mayor libertad, reducir gastos tanto en alojamiento como en restauración y compartir nuestros viajes con gente local. Y, además, en esta ocasión, nuestra anfitriona nos permitió que la familia de mi hermana también viniera con nosotros.

Esta vez éramos 8 viajando juntos con intercambio de casas o HomeExchange

Otras alternativas son siempre los apartamentos turísticos y hoteles. Hay que tener en cuenta que la demanda en Ibiza es muy alta y habitualmente hay que reservar con tiempo.

Si buscáis una alternativa más económica, a nosotros también nos gusta consultar las propuestas de la Red de Albergues Juveniles (REAJ) y en la web Albergues Juveniles en los que suele haber habitaciones para 4-6 personas. En Ibiza está el Albergue Amistat que puede ser una buena opción en la ciudad.

Si os animáis a entrar a formar parte de la comunidad de HomeExchange, utilizad nuestro enlace para conseguir ventajas en la inscripción:

Actividades en Ibiza para una estancia de 2-3 días

Llegamos a Ibiza a las 7 de la tarde y desde allí nos dirigimos a nuestra casa en San Rafael donde habíamos acordado un intercambio con HomeExchange. Una vez instalados, organizamos nuestros planes para los 3 días que íbamos a estar en la isla.

Es importante conocer las condiciones climáticas y de viento para disfrutar a tope de la isla en base a tus intereses. Como soplaba viento de levante, decidimos que estos serían nuestros objetivos:

  • disfrutar del mar en las calas de la costa sur y suroeste de Ibiza
  • admirar alguna puesta de sol
  • hacer una excursión por el Parque Natural de Ses Salines
  • dar un paseo por el casco antiguo de la ciudad de Ibiza 
  • no estresarnos, no correr, relajarnos y disfrutar de la familia

Disfrutando del mar en Ibiza

Solo teníamos 3 días y no queríamos pasar ese tiempo metidos en el coche recorriendo la isla de un rincón a otro. Así que, con nuestros objetivos marcados, que eran poco ambiciosos y realistas nos dispusimos a descubrir parte de la isla de Ibiza en otoño.

 

A pesar de que no estábamos en verano, se notaba que bastante gente había venido a la isla en el fin de semana del puente del Pilar por lo que convenía ir pronto a las playas donde el aparcamiento es limitado y también tener esto en cuenta a la hora de ir a ver la puesta de sol frente a Es Vedrà. La impresión que te queda es que hay lugares muy saturados en la isla mientras que en otros puedes gozar de la serenidad y la tranquilidad alejados de turismo de masas.

Tiendas típicas de Ibiza

Si quieres inspirarte para hacer otras actividades en la isla o contratar alguna excursión puedes consultar la página de CIVITATIS. Ir a Formentera, hacer Kayak recorriendo calas o alquilar un barquito. Son muchas las opciones en Ibiza en otoño.

Pasar el tiempo en algunas calas de Ibiza

No olvides llevar las gafas de bucear para hacer snorkel y unos escarpines si os gusta curiosear por las rocas. Las paredes de las las ibicencas son de areniscas, calizas o margas y eso hace que sean delicadas. No te sitúes justo debajo de las paredes porque puede haber pequeños desprendimientos. Además, recuerda no dañarlas escribiendo o arañando su estructura.

  • Cala Comte: las vistas sobre los islotes de Es Bosc y Sa Conillera son maravillosas y la escasa profundidad del agua crea unas tonalidades azules y verdes únicas. Aunque hay poca arena, si llegas prontito seguro que encuentras un espacio en alguna de las calas a las que se puede acceder desde este enclave. Se puede dar un paseo junto a los acantilados y, aunque algunos vecinos impiden el derecho de paso al transeúnte, podéis acceder a distintos lugares como Sa Figuera Borda.

Paredes de arenisca de Cala Conte

  • Cala d’Hort: esta cala es ideal para disfrutar de la puesta de sol sin moverte de tu toalla o tu tumbona. Nosotros llegamos temprano por la mañana y no nos movimos hasta después de la puesta de sol. Ese día alquilamos unas tumbonas con sombrilla, nos dejamos seducir por una deliciosa comida en el Restaurante El Carmen y decidimos seguir allí hasta que empezó a refrescar. Aunque inicialmente los niños se quejaron de que había poca arena, lo cierto es que no pararon de jugar en todo el día, buceamos y jugamos por las rocas observando las aguas transparentes. Tuvimos la mala suerte de que había pequeñas medusas y eso hizo que los baños fueran siempre con precaución extrema. Pero nada nos impidió disfrutar a tope de ese día de playa. Se trataba de la medusa Pelagia noctiluca que, como su nombre indica, es luminiscente en la oscuridad pero también urticante.

Puesta de sol en Cala d’Hort

  • Cala Salada y Cala Saladeta: probablemente Cala Saladeta está en el número 1 de nuestro ranking de calas de Ibiza. Es verdad que estuvimos pocos días y apenas pudimos conocer la isla pero, la tarde que pasamos en Cala Saladeta, quedará por siempre en nuestra memoria. Un entorno delicioso, un mar perfecto para bucear, muchísimos peces de gran tamaño, paredes de color rojizo y anaranjado, las casitas de pescadores y una puesta de sol única. La temperatura del mar era perfecta y el ambiente de ensueño. Nuestros hijos, primos

Excursión por el Parque Natural de Ses Salines

Ses Salines ofrece alguna de las playas más amplias de la isla y es por ello que mucha gente acude allí para bañarse (aparcamiento de pago 1 y aparcamiento 2). Pero esa mañana nosotros no veníamos a bañarnos si no a hacer una excursión por el parque natural.

Nos dirigimos hacia la Platja des Cavallet y dejamos nuestro coche en el aparcamiento que hay junto a El Chiringuito. Pensábamos que era de pago pero no tuvimos que pagar nada, aunque sí había control de acceso y vigilancia.

Desde allí sale el sendero que te lleva hasta la Torre de Ses Portes. Entre dunas y pinares, bordeando las salinas de colores rojizos, hicimos una excursión perfecta. Mientras el viento soplaba desde levante, en la zona occidental del cabo, el mar estaba en calma y nos dejamos seducir por las preciosas calas de aguas transparentes y azules turquesa. Las paredes de arenisca estaban caprichosamente esculpidas por el viento y el agua. 

No olvidéis traer el bañador y un buen almuerzo, porque seguro que querréis caer en la tentación de daros un baño en alguno de estos rincones solitarios. ¡Nos encantó!

La Torre de Ses Portes forma parte del sistema defensivo común en toda la costa mediterránea. Fue construida en el siglo XVI con roca caliza extraída de sus proximidades. Era utilizada para defender a la ciudad de los ataques de piratas y, desde su ubicación, hay unas vistas espectaculares del estrecho que separa Formentera de Ibiza, salpicado por los islotes de En Caragoler y Es Penjats, entre otros.

Torre de Ses Portes

Ver la puesta de sol frente a Es Vedrà

Uno de los “top” en la isla es acudir al Mirador de Es Vedrà o al Cap Blanc para ver la puesta de sol. Sin embargo, la masificación, incluso en octubre – no podemos imaginar cómo será en agosto – hace que el acceso sea complicado. Es por ello que, si pensáis ir, acudid con tiempo para poder aparcar y cuidado con la carretera porque está bastante transitada por la tarde. Aunque parece que es un imprescindible si vas a Ibiza, lo cierto es que desde otros muchos puntos de la costa occidental de la isla puedes ver maravillosas puestas de sol.

Ferran haciendo fotos en el mirador

Pasear por el entorno de las esculturas Temps i Espai

Cerca de la Cala Llentia y Es Pujolets está el enclave Temps i Espai. Un conjunto de monolitos y espirales de piedra crean un espacio único y relajante desde el que se puede admirar la puesta de sol con menos agobios que desde el mirador de Es Vedrà. Además allí están las Puertas del Cielo y se puede hacer un paseo costero admirando las calas y el mar. Precaución con los peques para que no se acerquen demasiado a los acantilados, siempre es importante mantener una distancia de seguridad.

Las Puertas del Cielo

Callejear por el casco antiguo de la ciudad de Ibiza

No os perdáis pasear por la ciutadela o Dalt Vila de Ibiza, caminar por sus estrechas callejuelas y admirar su castillo y la catedral de Santa María. Realmente, tiene un encanto muy especial. Hay cantidad de tiendas preciosas y muchos barecitos y restaurantes ideales. Desde la catedral y las murallas de la fortaleza hay unas vistas espectaculares de la bahía de Ibiza. 

Comer en Ibiza: gastronomía

Es cierto que los precios en Ibiza nos parecieron bastante caros. En general, los servicios de restauración duplicaban los precios que pagamos en Alicante por una buena ración de paella o arroz. Pero, teniendo nuestra casita para preparar cenas y desayunos, no íbamos a irnos de la isla sin saborear un buen pescado, un arroz o un bollit de peix.

Obviamente, los precios se disparan en restaurantes junto a las calas, pero en el interior de la isla puedes encontrar alternativas interesantes y más económicas. Aquí os dejamos algunas referencias de restaurantes que nos recomendaron amigos que viven o han vivido por largo tiempo en Ibiza:

Restaurante El Carmen en Cala d’Hort

Hasta aquí todo lo que dió de sí nuestra estancia de 3 días en Ibiza en otoño. Dicen que siempre es bueno quedarse con ganas de más para querer regresar y nosotros, en realidad, nos quedamos con ganas de mucho más. Estamos deseando volver, ya sea en primavera o en otoño, estamos seguros que volveremos. Mientras tanto, seguiremos admirando la isla en nuestras excursiones desde Alicante. Tan cerca está, que en días despejados, podemos ver la isla en el horizonte desde nuestras montañas.

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