La muerte y el más allá han sido preocupaciones recurrentes en todas las civilizaciones. Pero pocas habrá que lo hayan convertido en el eje que articula toda su cultura. Una de ellas es la del Antiguo Egipto. Desde la simple oposición geográfica de las dos riberas del Nilo -la de los vivos, al este, y la de los muertos, al oeste-, la vida entera de los antiguos egipcios giraba en torno a la muerte.

El culto a Anubis y la costumbre de la momificación, la edificación de fastuosas tumbas -como las pirámides- y el desarrollo de un complejo sistema de escritura -los jeroglíficos- con el que registrar para la posteridad los hechos y vicisitudes de los mortales son manifestaciones culturales que comparten una misma inquietud: la de trascender el efímero lapso de tiempo que supone el presente y de conservar algo del suspiro leve y fugaz que es la vida humana.

Diseños en las paredes lucidas y decoradas en las tumbas del Valle de los Reyes

Admirar en Egipto el esmero con el que fueron grabadas sobre el granito millones de inscripciones jeroglíficas, sobrecogerse ante el ingenio, el esfuerzo y la perseverancia que demostraron en el empeño de levantar aquellas colosales obras faraónicas o quedar impresionados ante el escuálido y siniestro aspecto de las momias de aquellos antiguos reyes que fueron temidos y obedecidos, en vida, como señores absolutos, y respetados y venerados, en muerte, como dioses inmortales, nos permite disfrutar de la experiencia de lo más genuino y esencial de la antigua civilización egipcia: su voluntad inequívoca de sobrepasar la fatalidad de la muerte.

La momia de Tutankamón en el Valle de los Reyes

Este trasfondo espiritual de la civilización egipcia tiene profundas raíces en su mitología, empezando por la preeminencia del culto a Osiris, el dios de la muerte, el más allá y la resurrección. Según el mito, tras ser vilmente asesinado por su envidioso hermano Seth, su hermana y esposa Isis revivió a Osiris para tener con él un hijo: Horus.

Las tumbas en el complejo de Saqqara en Giza

Simbólicamente, además, Osiris es asociado al trigo, que debe ser enterrado para germinar y dar una nueva cosecha. También se asocia con la crecida del Nilo, que anega las tierras del valle para fertilizarlas.

De esta forma, el mito de Osiris vincula la muerte a la fecundidad, como semilla imperecedera y siembra de la inmortalidad: un fundamento inmejorable para la legitimación dinástica de la transmisión y la continuidad milenaria del poder y la autoridad de los antiguos faraones.

Cleopatra y Marco Antonio representados en Dendera

Una transmisión dinástica que se sucedió durante treinta dinastías, a lo largo de casi 3.000 años. Nunca más, en toda la historia, conoció la humanidad un poderío y una majestad tan duraderas ni tan absolutas.

Prepárate para conocer Egipto y sus dioses

En un viaje a Egipto os vais a sentir siempre acompañados y observados por los dioses de Egipto. En las pirámides cerca de El Cairo, en las tumbas del Valle de la Muerte en Luxor y en todos y cada uno de los templos que fueron levantados a orillas del río Nilo. En este mapa hemos recogido algunos de los lugares más relevantes:

Destacan 3 zonas geográficamente representativas en Egipto:

  • Alrededores de Giza, al suroeste de El Cairo: se correspondería con el Imperio Arcaico y Antiguo y cronológicamente viajaríamos desde el año 3100 a.C. hasta el 2200 a.C. La capital destacada sería Memphis y en esta etapa se construyeron las famosas pirámides que eran las grandes tumbas de los faraones.
  • Nos desplazamos hacía el sur hasta Luxor, la Antigua Tebas, para descubrir a los largo del río Nilo todos los maravillosos templos que las diversas dinastías fueron construyendo. La mayoría se sitúan en la orilla oriental, la orilla de los vivos y aparecen a lo largo de cientos de kilómetros al sur y al norte de Luxor, hasta llegar a Abu Simbel donde estaba la frontera sur del imperio en el reinado de Ramses II.
  • En Luxor, en la orilla occidental, encontramos el Valle de los Reyes, el Valle de las Reinas y el Valle de los Nobles. Decenas de tumbas fueron excavadas en este lugar inhóspito especialmente a partir del 1500 a.C. Con bellos dibujos y jeroglíficos de vivos colores, cada tumba es un tesoro por descubrir.

El interior de las tumbas representa el mundo terrenal y celestial en Egipto

Si planeas viajar a Egipto, no olvidéis leer o llevar algún libro que os ayude a entender y disfrutar de todo el arte y la belleza que vais a encontrar en vuestro viaje a Egipto. «Viaje por el Antiguo Egipto» es un libro que os recomendamos por la calidad de sus explicaciones y la belleza de sus ilustraciones. Con gran rigor científico, este libro os llevará acompañar a los emperadores romanos en sus expediciones por el Antiguo Egipto. Conoceréis todos los detalles de aquellas ciudades milenarias y majestuosas obras arquitectónicas y artísticas.

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