En los archivos más antiguos de este blog podéis encontrar el diario de nuestro viaje de 6 meses de Tierra de Fuego a las Galápagos que hicimos en el año 2013. Son escritos sencillos y espontáneos en el que fuimos plasmando nuestras sensaciones y experiencias. No son guías de viaje para viajeros pero, para nosotros, son la esencia de quienes somos nosotros: nuestras primeras sensaciones como familia recién creada que se lanza a descubrir el mundo en un viaje iniciático.
Sin duda, una de las experiencias más bonitas fueron los 15 días que pasamos en el desierto de Atacama con niños. El día 11 de enero se cumplen 6 años de nuestra partida hacia Chile para viajar 6 meses por libre en familia.
Cuando planeamos nuestro viaje a Chile y, especialmente, cuando estuvimos en el desierto de Atacama con niños, teníamos muy claro nuestro objetivo: lo importante era estar juntos. Vivir sin planes, viajar sin planes, olvidarnos de cumplir hitos viajeros, buscarnos a nosotros mismos y conocer a nuestros hijos. En aquel momento, Ernest tenía 4 años y Ferran tenía 2. Éramos una madre y un padre primerizos, cada día era una oportunidad para descubrir qué tipo de familia queríamos ser. Nuestro viaje tenía ese objetivo: no habíamos querido tener hijos, habíamos decidido ser madre y padre. No es una tarea sencilla, sobre todo cuando el día a día no te deja centrarte en la «faena» más importante de tu vida. No por lo que representa educar a un hijo, sino porque en realidad te estás reeducando a ti mismo.
Ahora que releemos esos breves escritos y, ante las consultas que nos van llegando, sentímos la necesidad de intentar escribir algunos artículos que sirvan de ayuda a otros viajeros o familias y, en celebración de nuestro aniversario viajero más especial, aquí os dejamos este sobre nuestra experiencia en el desierto de Atacama con niños.
Cómo llegar a San Pedro de Atacama
Chile es un país con un excelente servicio de autobuses de corto y largo recorrido. En nuestros más de 4 meses por el país tomamos muy pocos aviones porque preferíamos viajar en bus y también de día para ir observando los lugares que íbamos atravesando. En nuestro viaje hacia el norte desde Santiago de Chile hicimos una importante parte del trayecto en autobús con etapas en Valparaíso, La Serena, Coquimbo, Vicuña, Pisco Elqui y Caldera. Algo más de 1200 km en diferentes etapas que Ernest y Ferran afrontaron de maravilla a pesar de su corta edad.
Habíamos recorrido increíbles carreteras junto al mar en las que la camanchaca cubría a veces el territorio. Habíamos disfrutado del mar en lugares como Bahía Inglesa, recorrido bellas ciudades como La Serena y valles hermosos cargados del aroma de Gabriela Mistral en el Valle del Elqui. Zonas mineras y pueblos acostumbrados a sufrir el azote de las tormentas de arena… Pero aún nos quedaban casi 1.000 km más y, por este motivo, decidimos tomar un vuelo de Caldera a Calama con Skyairline. Esta compañía de bajo coste ofrece vuelos entre muchas ciudades chilenas. Otra alternativa es la compañía LATAM que también ofrece muchas conexiones.
Desde Calama, en la misma puerta del aeropuerto, tomamos un taxi-transfer que nos llevó a San Pedro en un recorrido de algo más de una hora. Es muy fácil tomar estos taxis sin reserva previa porque los servicios son muy frecuentes y siempre están esperando a los turistas que llegan al aeropuerto. De todos modos, es fácil localizarlos también en internet. La mayor parte de los viajeros son mineros que va a trabajar en las minas de Calama pero este servicio para turistas es muy habitual pues San Pedro es el lugar más visitado de Chile. Si los niños no ocupan asiento, no pagan el desplazamiento. El viaje de casi 100 km fue inolvidable. Observar aquel paisaje mientras anochecía un recuerdo único, antesala de lo que estaba por llegar.
Dónde nos alojamos en el desierto de Atacama con niños
Si algo teníamos claro era que no queríamos alojarnos en San Pedro de Atacama. Este pueblo de Chile es el lugar más visitado del país y sabíamos que iba a ser un «parque temático del desierto atacameño«. Y lo es. Es muy bonito pero es un mercadillo lleno de reclamos para turistas que van 3 o 4 días a la ciudad para hacer los recorridos más típicos. Nosotros disponíamos de 2 semanas y queríamos intentar vivir la experiencia desde la «normalidad». Buscamos diversos alojamientos alejados del centro, en alguna de las pedanías o «ayllus» que en realidad son pequeños poblados que surgen en zonas donde hay fuentes de agua. Antiguos asentamientos que han sido habitados desde hace miles de años.
Finalmente encontramos nuestro lugar: el Ayllu de Coyo. Situado a algo más de 7 km de San Pedro, junto al Valle de la Luna, era el lugar que estábamos buscando. Una hospedería familiar con servicio a cocina en la que pasar 15 días disfrutando de la vida en el desierto de Atacama. Fue un acierto. El alojamiento era sencillo pero tenía todo lo que podíamos necesitar. Nos permitía disfrutar de la paz del desierto, de las noches estrelladas y de unas vacaciones en medio del viaje.
Cómo nos desplazamos durante nuestra estancia en el desierto de Atacama
Alojándonos en el Ayllu de Collo, el tema del transporte era importante ¡claro! La única manera de llegar a San Pedro era en taxi, a pie o en bicicleta. Nuestra opción fue alquilar un coche durante 4 días para visitar algunos de los «sitios más turísticos» por libre (nuestro presupuesto no nos permitía alquilarlo por más tiempo). El resto del tiempo, pedíamos al dueño del hostal que nos llevase a San Pedro a hacer compras para la comida y bienes de primera necesidad.
Como os comentamos, en San Pedro hay muchísimas agencias que ofrecen tours para hacer recorridos de 1 o varios días por la zona y, también para ir a Bolivia y al Salar de Uyuni. Estos viajes no están pensados para familias con niños pequeños, obviamente. Implican horarios bastante exigentes, largos recorridos en jornadas intensas y, para nosotros, un ritmo de visitas que no nos atraen especialmente. Preferimos ver menos y ser dueños de nuestro tiempo por lo que alquilar un coche para 4-5 días fue la primera opción. También os la recomendamos si viajáis en grupos pequeños de 2-4 personas porque resulta más rentable que contratar un tour.
Nuestra vida cotidiana en el Ayllu de Coyo
Vivir 15 días en el Ayllu de Coyo fue un deleite. En este pequeño oasis junto al Valle de la Luna teníamos el lugar ideal para descansar y disfrutar de una vida sencilla en familia junto a nuestros vecinos. El enclave era perfecto. Con preciosas vistas de la cordillera de los Andes y el volcan Licancabur. El valle seco y amplio del río San Pedro pasaba junto a nuestro alojamiento y nos separaba del Valle de la Luna. Nuestras jornadas eran tranquilas: mientras los niños jugaban nosotros leíamos o escribíamos.
Algunas mañanas Pau se desplazaba hasta el pueblo para hacer la compra. Como no teníamos facilidad para ir al San Pedro a diario, decidimos comprar ingredientes básicos para hacer nuestro propio pan o bollos para el desayuno. Descubrimos los secretos de la gestión del agua para controlar el riego en el Ayllu de Coyo. Por las tardes jugábamos con la arcilla en el cauce del río San Pedro y pintábamos en las gruesas costras de sal.
Cerca del poblado estaba el sitio arqueológico de la Aldea Tulor. Estas ruínas son unas de las más antiguas de esta región del país. Allí pudimos visitar las estructuras circulares de las antiguas viviendas. Algunas de ellas han sido restauradas, otras están semiocultas bajo la arena del desierto. En la época en que una población atacameña se asentó aquí esta era una zona más húmeda y el río San Pedro portaba más agua. Esto favoreció el asentamiento y el abandona de la vida nómada.
Algunos consejos prácticos si viajáis al desierto de Atacama con niños
Para viajar a San Pedro hace falta llevar ropa cómoda, ligera para las horas de sol pero que nos cubra del sol y ropa de abrigo porque al anochecer las temperaturas bajan bastante. Además, es necesario cubrirse los ojos, usar protección solar y estar siempre bien hidratados.
En San Pedro no váis a tener problemas con el «mal de altura» y, especialmente los niños van a encontrarse bien gracias a su sistema circulatorio y adaptabilidad. Sin embargo, si queréis subir más en altitud para ir al Tatio o visitar el Salar de Uyuni, os recomendamos esperar al menos 3-4 días para hacerlo y, así, asegurar que vuestro cuerpo estará preparado. Si lo preparáis de esta manera no habrá problemas. Nosotros no notamos ningún malestar en nuestros hijos de 2 y 4 años pero, en nosotros mismos, si sentimos un poco el agotamiento por la falta de oxígeno y una sensación extraña de mareo en algunos momentos pero nada incómodo.
Chile tiene un acuerdo bilateral de atención sanitaria con la Seguridad Social española por lo que, si fuera necesario, os atenderán en los centros de salud. De todos modos, siempre os recomendamos contratar un seguro de viaje para estar cubiertos y atendidos ante cualquier tipo de percance. No es necesario ningún tipo de vacunación para viajar a Chile, fue uno de los motivos por los que elegimos este destino para ir con nuestros hijos.
No podéis dejar de saborear la gastronomía atacameña. A nosotros nos encantó acudir al restaurante Las Delicias de Carmen para disfrutar de la comida casera más auténtica. Además, disfrutamos de los helados más genuínos, algunos con sabores únicos de la región.
Para viajar a Chile no hace falta VISADO. Como turista podéis estar 3 meses como máximo y se renueva automaticamente si salís unos días del país. Si quieres conocer el presupuesto detallado de este viaje por etapas puedes consultarlo aquí.
Actividades en el desierto de Atacama por libre y con niños
Habíamos previsto incluir en este artículo conmemorativo de aniversario de nuestro viaje de 6 meses todas las actividades que hicimos durante los 15 días en el desierto de Atacama con niños. Sin embargo, resultaba muy extenso y con más de 50 fotos por lo que no nos parecía práctico para leerlo. Así que, hemos reservado esta parte de la información en este otro artículo.
Es totalmente posible viajar por esta región de Chile con niños y de manera independiente. Sin embargo, si tenéis menos tiempo o preferis ir acompañados de un guía, os recomendamos que echéis un vistazo a las propuestas de HOWLANDERS. Esta agencia de viajeros independientes de origen valenciano -amigos y expertos viajeros- ofrece muchas actividades con personas de gran confianza creando una red de turismo local de calidad. De esta manera estáís colaborando con la economía local que mejora la vida de los atacameños.
No olvidéis llevar algún juguete. Ernest y Ferran pasaron 6 meses jugando con su camión de bomberos y de policia de LEGO. Lo compramos en Santiago de Chile a nuestra llegada y fueron sus únicos juguetes propios durante todo el viaje. El resto del tiempo disfrutaban con otros niños, en la naturaleza o con cualquier «objeto» inesperado de los lugares que visitábamos.
Esperamos que te haya gustado este artículo de consejos prácticos para visitar el desierto de Atacama con niños. En este otro artículo podéis leer todas las actividades en Atacama con niños. Y, si tenéis dudas o sugerencias, podéis contactarnos.
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Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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