A LA SOMBRA DE UN MANGLE ROJO
Un pelícano descansa sobre un mangle |
«A la sombra de un mangle rojo estoy mientras Ernest disfruta bañandose en el agua y Pau y Ferran persiguen una iguana que ha venido nadando hasta la playa». Esto es lo que pensaba esta mañana mientras me recostaba en mi toalla sobre la arena blanca de la preciosa playa de los Alemanes, cerca de Puerto Ayora. Relajada iba redactando en mi mente lo que podría ser el inicio de esta entrada al blog: la descripción de un día perfecto que acababa de comenzar.
Realmente hemos empezado el día preocupados nuevamente por nuestra disponibilidad de dinero. Sin embargo, esta vez todo se ha resuelto de un modo tan sencillo que me da pena pensar el tiempo que perdimos anoche sufriendo ante la posibilidad de quedarnos sin «pasta».
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