El refugio de Patricio está magníficamente situado para adentrarse en el Parque Nacional Huerquehue, es por ello que no hemos dejado correr la ocasión para aventurarnos en él y disfrutar, con los niños, de otro fantástico día de contacto con la naturaleza.
El Refugio Tinquilco fue nuestro paraíso por unos días
Si quieres conocer el REFUGIO TINQUILCO: visita su página web.
Con todo, iniciamos la ruta con buen ánimo. Ernest iba al frente de la expedición, ejerciendo como guía. Con su bastón de colihue (caña del bambú del terreno) indicaba a Ferran – que inicialmente caminaba – los peligros del sendero, fuesen piedras o raíces, así como los encantos del lugar, riachuelos, árboles gigantes, insectos, etc.
Esta primera parte de la excursión en el P.N. Huerquehue nos conducía a través de un bosque nativo chileno, amplio y umbroso, que semejaba una inmensa cúpula vegetal sostenida por una vastísima columnata de colosales troncos de árboles, algunos de un diámetro superior a los dos metros, que se elevaban hacia lo alto varias decenas de metros.
Senderismo por el parque nacional Huerquehue
La majestuosidad del lugar nos forzaba a guardar silencio, devotamente, como si hubiésemos ingresado en un lugar sagrado. Pero los niños, en cambio, daban gritos de sorpresa y correteaban alegremente entre los árboles, expresando de forma muy distinta el placer que experimentaban al hallarse en un lugar tan sobrecogedor.
Quizá sorprenda saber que este maravilloso bosque no forma parte del Parque Nacional Huerquehue. En realidad, es una propiedad particular. Porque en Chile, tal como nos explicó enfáticamente Patricio, la propiedad privada es sagrada. Y los parques tan sólo pueden constituirse sobre terrenos de titularidad pública. Por suerte, buena parte de estos bosques fueron adquiridos, no hace muchos años, por personas que tenían bastante claro que un lugar así debía ser preservado. El mismo Patricio fue uno de ellos, y personalmente se encargó de convencer a un buen número de amigos y conocidos para que, como él, adquiriesen un pedazo de bosque con el fin de protegerlo. Su sueño sería llegar a conformar un parque natural privado, auspiciado por el común empeño de los que, al igual que él, aman este lugar tan mágico.
Escaleras de ascenso hacia los lagos en el P.N.Huerquehue
Hemos superado el mirador sobre el lago Tinquilco con increíbles vistas sobre el volcán Villarrica nevado. Tras avanzar un trecho no muy largo, nos hemos vuelto a encontrar con el mismo grupo de jóvenes que nos habían adelantado anteriormente. Sentados en los bordes del camino, con las mochilas por el suelo, bebiendo y recuperando el aliento, antes de proseguir la marcha. Así pues, los hemos adelantado, nuevamente, sin prisas, y a pesar del gesto de contrariedad de algunos de ellos, molestos, al parecer, con la idea de tener que volver a adelantarnos, otra vez, en un sendero tan estrecho y empinado. De hecho, así ha sido. A los pocos minutos, volvíamos a tener al grupo jadeante a nuestras espaldas, pidiéndonos paso libre.
Educadamente, les hemos cedido el paso, y ellos nos han adelantado de immediato, con grandes zancadas.Tan pronto como hemos entrado en los terrenos del Parque Nacional, el sendero ha empezado a ganar pendiente. Es un sendero muy transitado por excursionistas, por ello no nos ha sorprendido que un nutrido grupo de jóvenes mochileros sudorosos nos haya adelantado, entre resoplidos y jadeos, dejando atrás el tranquilo y regular ritmo que imponía Ernest a nuestra caminata.
Los bosques nativos en el P.N. Huerquehue son preciosos
Poco después, el grupo de excursionistas nos ha alcanzado otra vez. Ahora, no obstante, su aspecto es más relajado y jovial, por lo que nos confiesan abiertamente su asombro ante la firmeza y la resistencia de Ernest, como caminante, a pesar de su corta edad. Por fin, nuestros caminos se separan. Ellos van hacia el Lago Toro. Nos hemos quedado solos. Ahora sí, Ernest da muestras de cansancio. De repente, el sendero ha empezado a descender y, al poco rato, un lago se nos ha hecho visible a través de espesas cortinas de niebla, pertenecientes a una nube que por momentos se desgajaba y parecía dejar paso a los rayos del sol. Pasamos de nuevo junto al grupo de excursionistas, entretenido en fotografiarse con el lago a sus espaldas.
Lago Verde en el P.N.Huerquehue
Nosotros buscábamos una playa donde detenernos a descansar y comer. Teníamos referencias de que el siguiente lago, el Lago Verde, era un buen lugar para darse un chapuzón. Así pues, continuamos. Pero no había transcurrido aún mucho rato, cuando los hemos vuelto a encontrar descansando. En esta ocasión, su gesto ha sido de desconcierto, más que de enojo, ante la seguridad y el andar firme y parsimonioso de nuestro pequeño guía. Lógicamente, nos han vuelto a adelantar poco después. Y por ello han llegado antes que nosotros a la primera meta de la excursión: el Lago Chico. Envueltos en la bruma, hemos vislumbrado las primeras copas de araucarias, lo cual nos indicaba que estábamos llegando a la parte alta del valle, coronada por este árbol de aspecto inverosímil que suscitaba ansias y desvelos a la bióloga de nuestro pequeño grupo expedicionario.
Bosques de araucarias en el P.N.Huerquehue
Es un lugar bello. Con una disposición anímica apropiada, subir una montaña puede suponer un ejercicio espiritual, a parte de ser un ejercicio para las piernas. Allá arriba se experimenta un gozo sosegado y el rostro de uno aparece relajado, sin una arruga ni un gesto de preocupación, como la superfície del lago. Mientras contemplamos silenciosos el lugar, Ferran corretea de un lado a otro, después de haber hecho la mayor parte de la excursión a la espalda de su padre.
Excursión por el Sendero de los Lagos en el P.N.Huerquehue
Ernest pinta un camión de bomberos que nos ha pedido que le dibujemos. Tomamos el picnic que traemos. Descansamos y recogemos unos pocos piñones de araucaria para la cena. Es nuestra cosecha de hoy. Esto, y la experiencia que guardamos cuidadosamente en nuestro interior.
Alta sobre la tierra te pusieron,
dura,
hermosa araucària de los australes
torre de Chile,
punta del territorio verde,
pabellón del invierno,
nave de la fragància.
Ahora, sin embargo, no por bella
sino por el racimo de tu especie,
por tu fruta cerrada,
por tu piñón abierto.
Deja caer en mi alma
tus granadas
para que las legiones se alimenten
de tu especie en mi canto.
Árbol nutricio,
entrégame la terrenal argolla
que te amarra
a la entraña lluviosa de la tierra,
entrégame tu resistencia,
el rostro y las raíces firmes
contra la envidia,
la invasión,
la codicia,
el desacato.
Tus armas deja
y vela sobre mi corazón,
sobre los míos,
sobre los hombros de los valerosos,
porque a la misma luz
de hojas y aurora,
arenas y follajes,
yo voy con las banderas
al llamado profundo de mi pueblo!
Araucaria araucana
aquí me tienes!
Si queréis conocer más detalles de nuestro viaje por Chile, podéis consultar estos artículos:
- Itinerario: viaje a Chile durante más de 4 meses
- 20 razones para volver a Chile con nuestros hijos
- Viajar a la Patagonia por libre con niños
- 15 días en el desierto de Atacama con niños
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
Myriam (sister!), gracias por el empeño que ponéis en contarnos cada etapa, cada detalle. Es emocionante leeros, imaginaros… ¡está tan bien narrado! Supongo que hacernos llegar vuestra experiencia con tanta intensidad supone reservar cada día un buen rato a escribir ¡no sabes cuánto os lo agradecemos! Un beso inmenso. Os queremos y…la verdad…¡os esperamos! 😉
Me asocio al comentario…está siendo todo un descubrimiento también para nosotros…
Ernest ya habrá andado más que muchos niños de 10 años!!!
Decidle a los niños que la "araña" le ha traído a Bruno un barco de "piratas" (es un barco de su majestad la reina de Inglaterra, quizás el chico no se haya equivocado demasiado…:) que les espera para jugar juntos.
Gracias de veras a los 4!!!
Me estoy cansando!!! Eixa era la queixa d´Ernest quant pujàvem a la Cava d´En Miquel. Veig, per lo que conteu, que les seues aptituds com a caminant han millorat considerablement, i dubte que puga seguir-li quant fem excursions –Ferran i jo ens quedarem reçagats-. Un abraç per als quatre del iaio Vicent.