Después de un año tan intenso de idas y benidas, de viajes, de experiencias educativas y de convivencia en familia fulltime no es fácil enfrentarse a una página en blanco ¿por dónde empezar a contar? ¿cómo organizar nuestras experiencias? ¿optamos por un modelo “artículo guía de viajes” o por un “artículo de sensaciones y vivencias”? Solemos escribir artículos que se convierten en guías con consejos a medida que nos distanciamos del momento en que hicimos el víaje mientras que nuestros escritos más vivenciales suelen surgir mientras estamos viajando. Finalmente, la brújula de los recuerdos se ha detenido en nuestra visita a Bangkok con niños.
¿Por qué empezar en Bangkok? Básicamente por un libro: Una inglesa en la corte de Siam de Anna Harriette Leonowens. Sabéis que somos ávidos lectores y vamos dejando algunas referencias bibliográficas en la biblioteca de nuestro blog. Ya sea en papel o en ebook todos en casa leemos mucho. Cada año llegan nuevos libros y, esta pasada Navidad, llegó a mismanos la historia de Anna H. Leonowens que llegó a Bangkok en la primavera de 1862. Conocida su historia a través del cine en películas como Ana y el Rey, es desde hace poco que las editoriales se están animando a publicar en castellano las experiencias de estas mujeres y aventureras viajeras.
Me levanté antes que el sol y corrí a cubierta para obtener una visión temprana de la tierra extraña a la que nos acercábamos y, mientras miraba con afán, no a través de la niebla y la neblina,, sino directamente al claro y brillante cielo, de múltiples tonos, apareció el primer sonrojo débil y trémulo del amanecer, detrás de su velo rosado.
15 de marzo de 1862, Anna H. Leonowens
No somos expertos en Bangkok así que pocos consejos podemos daros: solo hemos estado 3 días en la ciudad, en realidad 2, porque el resto fue ir y venir del autobús al aeropuerto. Pero sí podemos contaros nuestra experiencia. Bangkok era una ciudad que nos asustaba un poco, quizá por esas etiquetas que ponemos a las cosas, a los lugares, a las personas… ¡qué malas son las etiquetas! Sin embargo, nos sentimos muy cómodos durante nuestra estancia en ella. En el mapa hemos ido recogiendo los lugares que visitamos y, también aquellos que os aconsejamos si disponéis de más tiempo para visitar la ciudad.
Llegamos a Bangkok al atardecer, en una furgoneta desde Ayutthaya. Era el final de nuestra ruta desde Chiang Mai atravesando Tailandia de norte a sur siguiendo el cauce del río Chao Phraya, conocido anteriormente por Meinam. Aquí podéis leer otras experiencias en Tailandia.
Dónde alojarse en Bangkok con niños
Siguiendo los consejos de Rocío de El mundo tras mi cristal nos alojamos en Rambuttri Village Inn & Plaza, en el centro de la ciudad, cerca del río y del Palacio Real. Nos apetecía estar en el centro histórico de Bangkok para poder desplazarnos a pie durante el poco tiempo que estaríamos allí. La decisión fue un acierto.
Era finales del mes de agosto así que la humedad y el calor eran intensos. Todos nuestros planes tenían en cuenta reservar un ratito para bañarnos en la piscina del hotel. Sí o sí, si viajáis al sudeste asiático con niños – o sin ellos – tener piscina en el hotel es un regalo. Os recomendamos alojaros en el centro de la ciudad si váis a estar pocos días y queréis tener un primer contacto con la ciudad. Es fácil moverse por la ciudad si os alojáis lejos del centro pero el tiempo es un regalo cuando dispones de pocos días para estar en una enorme ciudad como Bangkok.
Nuestros planes en Bangkok con niños
Súbete a un tuk-tuk para descubrir Bangkok con niños
Una buena manera de empezar a descubrir la ciudad es subirte a un tuk-tuk y dar un paseo por la ciudad descubriendo los lugares más emblemáticos. Hay barrios tranquilos y zonas más caóticas, barrios rutilantemente modernos, zonas coloniales y barrios muy pobres. Además te sorprenderá la permanente veneración al rey y su madre… ¡tremendo! Hay altares y decorados florales con grandes fotografías de sus majestades en todo el país pero, especialmente, en Bangkok. Aún fue más llamativo en el año 2019 porque se produjo la coronación.
Pasea en barco por el río Chao Phraya
Cuando te acerques a alguno de los embarcaderos, especialmente en Phra Arthit Pier -que es el más turístico- te abordarán los agentes loscales para ofrecerte un tour privado por el río o llevarte a los mercados flotantes. Nosotros renunciamos a esta actividad pero sí que nos subimos a las barcazas que llevan a los locales de un punto a otro del río.
Las lineas de ferrie están muy bien organizadas por colores, tienes mapas indicativos con las paradas que hace cada línea a ambos lados del río, es cómodo, barato -muy barato- y se paga por tramos. A nosotros nos encantó pasear así por Bangkok. La línea azul es la línea turística, es más cara que el resto.
El Palacio Real es un imprescindible
Habíamos leído que el Gran Palacio o Palacio Real era uno de los lugares más visitados por el turismo de masas en el mundo. Incluso dudamos en ir. Pero también sabíamos que era un imprescindible. Finalmente, temprano una mañana, nos dirigimos a pie hasta el Palacio paseando tranquilamente y accedimos a la billetería por la avenida Na Phra Lan Road justo en el momento en que habrían las puertas del palacio. Como nos habían advertido, nos encontramos con un embaucador que nos contó que «ese día el palació habría más tarde y nos ofreció un tour…». Obviamente era mentira. Por lo visto son muy habituales en los alrededores del palacio.
A penas hicimos colas para entrar y, al pagar con tarjeta, estuvimos solos en la billetería. Varios grupos de alumnos tailandeses visitaban el palacio junto a sus maestros así que nos apresuramos para entrar antes que ellos. Los niños que miden menos de 1,20 metros no pagan. Para el resto, la entrada es de 500 THB. Desde luego, el edificio histórico más caro de la ciudad…
El recorrido nos impactó, ciertamente. Eran nuestros últimos días en Tailandia por lo que ya habíamos podido ver muchos templos y lugares relevantes pero, sin duda, este palacio es increíble. Pensábamos que se podía acceder, sin embargo, no es posible visitar el interior del palacio y eso nos decepcionó un poco. Realmente la visita consiste en conocer los espacios exteriores, templos y jardines del palacio. Con nuestro mapa fuimos recorriendo el recinto y admirando cada detalle.
Es indescriptible. La orfebrería, las pinturas, los detalles en la construcción, las esculturas, los jardines… Así llegamos al Templo del Buda Esmeralda. El famoso templo.
Como explica Anna H. Leonowens en su libro es difícil encontrar las palabras para describir cada detalles del interior del Templo del. Tampoco se pueden tomar fotografías. Es un templo y por tanto hay que respetar a las personas que están orando. Los fieles tiene un acceso preferente al lugar por delante de los turistas. Hay que estar siempre sentado o nuestra cabeza no debe superar la de las figuras de Buda. Tampoco se les puede dar la espalda. Permanecimos un tiempo allí sentados, en silencio, observando los detalles y estudiando la historia de reino de Siam representada en sus paredes.
“Un muro interior separa el templo del depósito militar unido al palacio, pero está conectado por un pasaje secreto con los apartamentos privados del harén de su Majestad, que a su vez están custodiados y son sólo accesibles para las mujeres. El templo es, indudablemente, una de las estructuras más notables y bellas de todo Oriente. Los amplios pilares octogonales, las originales puertas y ventanas góticas, los techos finos y dorados están tallados con una variedad infinita de emblemas, con predominio del loto y la palmeta. El ornamento exterior sólo es igualado en su profusión por la belleza pictórica y jeroglífica del interior”.
Anna H. Leonowens
La entrada incluye también la visita al museo de textiles o Queen Sirikit Museum of Textiles. Cuando entramos en el museo de los textiles, el palacio ya empezaba a estar hasta los topes de visitantes y el calor era asfixiante así que fue ideal escondernos en este espacio refrigerado. Fue muy interesante y entretenido, nos vestimos con los ropajes tailandeses y aprendimos muchos detalles sobre los tejidos y la historia del país vinculada con el comercio de telas.
En el recinto del palacio hay, al menos una cafetería, a precios bastante caros. Nosotros entramos para refrescarnos, comprar agua fría y comer un helado. Es posible introducir bebida y algún snack al recinto del palacio. Tenedlo en cuenta, sobre todo la bebida.
Merece dar un paseo alrededor del palacio para admirar las preciosas puertas de acceso y el resto de edificios. Hacerlo a pie puede resultar agotador si no es a primera hora de la mañana o de la tarde. Podéis tomar un tuk-tuk y disfrutar de las vistas. Siempre es bueno negociar el precio antes de subir. Si váis con niños pequeños, es la mejor opción porque el paseo es muy largo.
Visita al Templo Wat Pho y jardines del Palacio o Saranrom Park
Os aconsejamos visitar el Templo Wat Pho en un día diferente al Palacio Real porque, en caso contrario, acabaréis saturados de tanto templo y decoración. Especialmente los niños. Este templo es increíble. No solo por el templo y el Gran Buda reclinado, también por el conjunto del recinto.
Como ocurre en la mayoría de los templos budistas en Tailandia, no sólo váis a encontrar un templo, sino un conjunto de edificios diferentes que constituyen el complejo religioso. Desde el edificio donde viven los monjes a los templos y chedis. Los chedis son pagodas, estructuras elevadas que recuerdan a elegantes pirámides que se alzan hacia el cielo y que siempre están detrás del templo, junto a la pared situada a la espalda del Buda. Originalmente eran cúmulos de piedra y podían guardar reliquias o cenizas de algún monje relevante. Hoy en día no siempre es así.
El complejo del Templo Wat Pho es probablemente el lugar más hermoso que vimos en Tailandia -difícil elegir considerando el Palacio Real o algunos de los templos que vimos en Chiang Mai- pero lo cierto es que aquí, la multitud de detalles es deliciosa. Los motivos florales dan un colorido bellísimo. Las esculturas son preciosas y, el Gran Buda tumbado de 46 metros de longitud y 15 metros de altura tiene el récord en cuanto a tamaño en Tailandia. La entrada para turistas extranjeros cuesta 200 THB.
A las afueras del Templo Wat Pho, que está justo al sur del Palacio Real, está el Saranrom Park. Estos jardines son una delicia para pasear, descansar y dejar a los niños correr mientras nosotros intentamos recuperar fuerzas y relajarnos a la sombra de los grandes árboles. Un buen lugar para tomar el picnic.
Espectáculo de danza en el Teatro Real
La entrada al Palacio Real incluye un pase a una de las representaciones de bailes y teatro tailandés en el Teatro Real. Desde el palacio sale un transporte gratuíto que te lleva hasta el teatro. También se puede ir caminando en 10 minutos. El espectáculo dura una hora y merece mucho la pena. No os podéis ir de Tailandia sin asistir a una obra de teatro, bailes y música tradicional. Esta es una buena oportunidad.
En este caso se representa algunos pasajes de la “mitología” del sudeste asiático. Historias que explican algunas tradiciones, el origen y las fechorías de los semidioses. Es una atracción para turistas, obviamente, pero merece la pena y la duración es perfecta si estás visitando Bangkok con niños.
Atardecer en el Fuerte Phra Sumen
Los jardines que hay junto al Fuerte Phra Sumen son un bonito lugar para descansar y admirar cómo la noche cae sobre la ciudad de Bangkok mientras las barcazas circulan incesantemente por el río. Hay un bonito embarcadero y buenos restaurantes y bares para cenar, tomar una copa o un café. Si os alojáis en el barrio -como hicimos nosotros- merece la pena ir a dar un paseo y visitar el fuerte (era gratuíto cuando estuvimos nosotros). Mucha gente de la zona va a practicar deporte y a descansar.
Es un de los cuatro fuertes que han permanecido de la gran fortaleza defensiva que protegía el acceso hacia Ayuttahaya en los siglos XV y XVI. Posteriormente fueron remodelados siguiendo las propuestas del ingeniero francés Lamare.
Otras actividades si viajas a Bangkok con niños y dispones de más tiempo
- Templo del Amanecer o Wat Arun: con una espectacular pagoda, este templo situado en la otra orilla del río -enfrente del Wat Pho-, es uno de los más bonitos del país. La entrada para turistas extranjeros cuesta 100 THB y se puede llegar en barcaza por el río. Si aún tenéis ganas de ver más templos, en Bangkok váis a tener muchos lugares para descubrir:
- El Templo del Buda de Oro (Golden Buda Temple o Wat Traimit): no dudéis en desplazaros a ver la escultura de Buda de oro macizo más importante del mundo. Está en el Wat Traimit al sur de Bangkok.
- Wat Ratchanatdaram: este complejo de templos de la época de Rama III es atractivo por el Loha Prasat que mide 36 metros de altura. Se puede subir y suele ser un lugar poco concurrido. Cerca hay otros lugares de interés como el Monumento a la Democracia o el Monumento a Rama III.
- Golden Mountain Temple: un bonito y tranquilo templo desde el que podéis disfrutar de unas preciosas vistas de la ciudad.
- Darse un masaje tailandés: en la calle Khao San, el centro turístico de la ciudad, hay muchos bares, restaurantes, tiendas de recuerdos y centros de masajes. Una buena opción es darse un masaje pero, recordad, el masaje tailandés, duele…, te apretujan bien la musculatura… Si lo que queréis es un masaje relajante, pedid otro tipo de masaje, por ejemplo con aceites esenciales.
- Parques y jardines: en Bangkok hay muchos parques en los que ir a jugar, descansar y observar a los locales practicando deporte. Además hay zonas de juegos infantiles y, muchas veces, zonas de juegos con agua. También animales en libertad como monitos o grandes lagartos. Querer visitar más de un templo o palacio al día cuando visitáis Bangkok con niños nos parece un esfuerzo innecesario -también para adultos- así que reservad las tardes para ir al parque o a algún centro comercial. Algunos parques que os van a encantar:
- Lumphini Park: el pulmón verde de la ciudad, hogar de enormes lagartos.
- M.R. Kukrit’s Home: un idílico jardín oriental para desconectar.
- Benjakiti Park: esta inmensa zona verde de la ciudad incluye un lago navegable.
- Jim Thompson House: un rincón para desconectar en el centro de la ciudad y conocer el proceso de fabricación de la seda.
- Saranrom Park: formó parte de las dependencias del Palacio Real hasta que fue cedido a a ciudad en 1960.
- Queen Sirikit Park: al lado del Children Discovery Museum es un buen combinado para pasar una jornada diferente en Bagkok con niños. Este museo es superentretenido para los peques con zona de juegos, biblioteca y diversas actividades. ¡Entrada gratuíta!
- Chatuchak Park: es una buena opción si visitas el cercano mercado. Además, hay un mariposario e insectario de la ciudad, así como el Museo del Tren.
- King Rama IX Park: está a las afueras de la ciudad, poco visitado por turistas e incluye un bonito jardín botánico.
- Mercados: visitar los mercados flotantes y la maultitud de mercados en las calles de Bangkok. Comprar y vender es algo que podréis ver hacer en la capital de Tailandia – y en todo el país – en cada rincón. Las opciones son tantas que es difícil elegir: el mercado del fin de semana en Chatuchak, el mercado de frutas, verduras y otros alimentos de Mae Klog o del Tren o los mercados flotante como Banglamphu, Wang Lang o Damnoen Saudak.
- Centros comerciales: son una gran opción en las horas de calor y humedad extenuantes. No subestiméis el calor en el sudeste asiático porque realemente nos pone a prueba. En Bangkok, como en otras ciudades de esta región del mundo, hay unos centros comerciales increíbles. Zonas de juegos, de escalada, piscinas y toboganes de agua, restaurantes de todo tipo, tiendas… Si pasáis varios días en la ciudad, son un plan alternativo a los templos.
- Terminal 21: ambientado en diversos lugares del mundo, visitarlo es como viajar alrededor del planeta (Paris, Roma, Tokio, San Francisco…).
- Central Plaza Bangna: incluye un parque acuático llamado Pororo Aquapark Central Plaza Bangna
- Esplanade Shopping Mall: aquí además está el Art in Paradise 3D Museum. Nosotros habíamos estado en un museo similar en Chiang Mai y, por este motivo, no fuimos. Pero, no lo dudéis, si queréis pasar un rato divertido, debéis ir a este museo ·D.
- Central World: es el centro comercial más grande del país y unos de los gigantes en el mundo de los “shopping center”. Incluso tiene una pista d epatinaje sobre hielo.
- Siam Paragon: cuenta con la librería más grande de la ciudad y diversos centros comerciales.Si queréis saber más sobre estos y otros centros comerciales, echadle un vistazo al artículo del blog de Los Traveleros.
- Dream World Bangkok: situado al norte de la ciudad, este parque de atracciones puede ser una opción si os gustan este tipo de actividades.
- Sea Life Bangkok Ocean World: un acuario con grandes túneles de observación y otras muchas posibilidades.
- Centros con animales: serpientes, tigres, lagartos, elefantes… en Tailandia los animales son una atracción turística de primer orden pero nosostros estamos totalmente en contra de este tipo de atracciones. Es interesante visitar reservas naturales, parques nacionales y espacios en los que los animales -domesticados o salvajes- se encuentran en un espacio natural, pero no en pequeños recintos dentro de grandes urbes. No te hagas fotos con ellos y rechaza posar o forzar a los animales a adoptar posturas incómodas o antinaturales.
Para desplazarse por la ciudad os aconsejamos utilizar GRAB: es cómodo, fiable y barato. Nosotros llevamos la aplicación en nuestro móvil y no nos ha fallado nunca. Pero también podéis utilizar el metro y el Sky Train que tienen muy buen servicio. Una manera cómoda de desplazarse es utilizar el río que es la arteria natural de la ciudad.
En Tailandia la altura determina el precio de acceso a los museos y actividades. Normalmente, los niños menores de 120 cm no pagan o tienen entrada reducida. Los mayores, pagan el precio normal de adultos.
Nuestra visita a Bangkok fue rápida e intensa y nos quedamos con ganas de ver más cosas. Lo cierto es que está ciudad ofrece muchos atractivos para familias que visitan Bangkok con niños. La comida es deliciosa y solo hay una cosa que hace complicado disfrutar de ella: el calor y la humedad. Pero, cuando no puedes cambiar algo, lo mejor es adaptarse ¡felices viajes!
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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