¿Te has planteado alguna vez cuántas compresas o tampones has utilizado y utilizarás a lo largo de tu vida fértil? ¿Has pensado cúanto supone esto para tu bolsillo? ¿Y qué ocurre con esos residuos? ¿Sabes que la mayor parte de tampones y compresas están tratados con productos químicos que pueden no ser adecuados para la mucosa vaginal? La mayor parte de las mujeres no reflexionamos sobre este asunto, si lo hiciéramos conoceríamos la copa menstrual que es un accesorio genial para las más viajeras y también en nuestra vida cotidiana.

La mayor parte de nosotras tendremos un ciclo menstrual cada 28 días (es un promedio) durante unos 35 años, eso implica que cada una de las mujeres españolas podemos gastar hasta 10.000 tampones y compresas con un coste de unos 1.100 € (según datos recogidos por el Diario ABC en este artículo). En el mundo, según he podido leer en este artículo del diario El Mundo se desechan cada año 94.500 millones de compresas y tampones. En España, desechamos 3.000 millones… ¿Y qué ocurre con todos estos residuos? Se acumulan en vertederos controlados, si los hay. ¿Pero dónde terminan en muchos de los países que visitamos en los que no hay sistemas de gestión de residuos?

Productos ecológicos mucho más saludables

Productos ecológicos mucho más adecuados para la mujer

Además, debes saber que los tampones y compresas tradicionales muchas veces generan problemas de alergia pues están tratados con blanqueantes -nos encanta el color «blanco nuclear» en nuestra sociedad- y neutralizantes del olor. Además el algodón y la celulosa utilizados para su fabricación no son de agricultura ecológica por lo que pueden incluir restos de multitud de productos químicos utilizados en tratamientos diversos. Cuando empezamos a sentir molestias -como picores o irritación- solemos buscar alternativas y, una buena opción son los productos de higiene íntima de producción ecológica. Pero, lamentablemente, esto encarece mucho nuestro presupuesto y, por desgracia, a pesar de ser productos de primera necesidad, estos productos no están libres de impuestos ni tienen un IVA reducido. Según leo en el ABC cada año «las españolas gastamos más de 42 millones de euros en impuestos por el simple hecho de tener un proceso biológico diferente«.

¿Existen alternativas?

Por supuesto. ¿Desde cuándo? Hace casi un siglo. ¿Por qué no se comercializan o no tienen exito? Yo creo que básicamente porque hemos vivido las últimas décadas en la sociedad del «usar y tirar». La copa menstrual que Leona W. Chambers presentó en 1932 rompe el ciclo del consumo irracional y, por supuesto, es mucho más económica que comprar tampones y compresas cada mes. No parece ser algo muy relevante si valoramos la biografía que de ella aparece en la wikipedia (sólo 4 líneas en inglés o en portugués, nada más) pero lo cierto es que es un invento genial.

La copa menstrual: la mejor alternativa

La copa menstrual: la mejor alternativa

¿Qué es la copa menstrual?

Como puedes leer en copasmenstruales.com «la copa menstrual es un recipiente de silicona médica que se introduce en el interior de la vagina (igual que un tampón) durante la menstruación, adaptándose a las paredes vaginales en todo momento independientemente del movimiento que hagamos,  y recoge todo el flujo en el interior de la copa. Puedes llevar la copa hasta 12h en el interior sin tener que preocuparte (en función del flujo que tengas). Y tiene un uso ilimitado, ya que la puedes quitar y poner tantas veces como quieras».

Ya puedes comprarlo en muchas farmacias y en tiendas de productos ecológicos y parafarmacias, pero además, está disponible en múltiples páginas de internet. Yo me animé a comprar la mía en Naturcup porque una amiga médica me implicó en una campaña para enviar copas menstruales a mujeres bereberes. Así compré dos: una para mí y otra para una mujer bereber. Después de muchos meses en el cajón rompí el tedioso ciclo de la costumbre y he empezado a utilizar mi copa menstrual. Sólo tengo buenas palabras para este artilugio: cómodo, sencillo, fácil de usar, limpio, sin productos tóxicos, económico y ocupa muy poco espacio en mi maleta. Adiós a los tampones! Adiós a los residuos! Y ahora puedo destinar esos euros a…. ¿otro billete de avión? Seguro!!!

Las instrucciones de uso de la copa menstrual son muy sencillas

Las instrucciones de uso de la copa menstrual son muy sencillas

Anímate. Las mujeres de hoy en día debemos dar un paso adelante, pensar en nosotras y en el medio ambiente. Mi nueva copa menstrual me ha costado 25 € y durará al menos 10 años (es decir, probablemente aún la estaré utilizando cuando llegue mi menopausia). Desde que empecé a utilizarla he dejado de producir residuos aquí y donde viajo. Sólo agua y un poco de jabón neutro. Unos cuidados básicos que mejoran mi calidad de vida y la de mi entorno. ¿Te lo vas a pensar? «Piensa globalmente, actua personalmente«.

Leona W. Chambers patentó la primera copa menstrual

Leona W. Chambers patentó la primera copa menstrual

NOTA: este post no está patrocinado por ninguna marca comercial. Solo da respuesta a nuestras experiencias y reflexiones. En este caso sobre el uso de la copa menstrual.

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