LEVIATÁN O LA BALLENA

LEVIATÁN O LA BALLENA

Cuando se puso fin a la caza de ballenas a nivel mundial se habían matado casi tres cuartos de todos los cachalotes del mundo, reduciendo su número de más de un millón en 1712 a 360000 a final del siglo XX […] En la superficie, el cachalote es más lento, menos agil y tiene menos tiempo y energía que otras ballenas y, por lo tanto, es menos capaz de huir de un depredador no natural como el hombre.

En 1951 – cien años después de que se publicara el libro de Melville – murieron más ballenas en todo el mundo de las que cazaron los balleneros de New Bedford en un siglo y medio.

PHILIP HOARE

CAP A RUTES SALVATGES

CAP A RUTES SALVATGES

Pel que fa a mi, he decidit que em deixaré arrosegar pel corrent de la vida durant un temps. La llibertat i la bellesa senzilla de la vida són coses massa valuoses per a desaprofitar-les.
És en les experiències i els records, en l’inesgotable plaer de viure en el sentit més absolut del terme, que pot descobrir-se el significat autèntic de l’experiència. Déu meu, és fantàstic estar viu! Gràcies, gràcies.

Jon Krakauer

THE ADVENTURES OF HUCKLEBERRY FINN

THE ADVENTURES OF HUCKLEBERRY FINN

We catched fish and talked, and we took a swim now and then to keep off sleepiness. It was kind of solemn, drifting down the big, still river, laying on our back looking up at the stars, and we didn’t ever feel like talking loud, and it warn’t often that we laughed – only a kind of low chuckle. We had mighty good weather as a general thing, and nothing ever happened to us at all – not that night, nor the next, nor the next.

Pescamos peces y hablamos, y tomamos un baño de vez en cuando para mantener fuera la somnolencia. Era una especie de solemnidad a la deriva por eltodavía gran río, descansando sobre nuestra espalda mirábamos las estrellas, y no siempre teníamos ganas de hablar en voz alta, y no muy amenudo nos reíamos – solamente una especie de risilla. Tuvimos buen tiempo como una cosa habitual, y no nos pasó nada – no esa noche, ni la siguiente, ni la siguiente.

Mark Twain

MOBBY DICK

MOBBY DICK

Llamadme Ismael. Hace años, no importa cuántos exactamente, hallándome con un poco o ningún dinero en la bolsa y sin nada de especial interés que me retuviera en tierra, pensé que lo mejor sería darme a la mar por una temporada para ver la parte acuática del mundo. Es una manera mía de combatir la melancolía y de regular la circulación de la sangre. Siempre que siento que empiezo a hacer mohínes y a enfurruñarme, y noto las húmedas brumas de noviembre en mi espíritu; siempre que me sorprendo parándome ante las funerarias, o incorporándome al cortejo de cuantos funerales encuentro y, sobre todo, cuando mi hipocondría prevalece de tal manera sobre mi, que tengo que echar mano de todos mis principios morales para evitar salir a la calle deliberadamente, y a golpes y de modo metódico, quitarle a la gente los sombreros de la cabeza, entonces es cuando comprendo que ha llegado el tiempo de volver al mar con urgencia. Este es el sustituto que uso para el suicidio. Catón se arroja sobre su espada con elegancia filosófica; yo, pacíficamente, me embarco. No hay nada sorprendente en ello. Si se pudieran dar cuenta, la mayoría de los hombres verían que, en diferente grado, en un momento u otro de sus vidas comparten conmigo estos sentimientos que experimento hacia el océano.

Herman Melville

WALDEN

WALDEN

Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme sólo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, y para no descubrir, cuando tuviera que morir, que no había vivido…

El día es una mañana perpetua para aquel cuyo elástico y vigoroso pensamiento corre parejo con el Sol. No importa lo que digan los relojes o las actitudes y trabajos de los hombres. La mañana llega cuando estoy despierto y hay un amanecer en mí.

Es una experiencia tan sorprendente y saludable como valiosa perderse alguna vez en los bosques […], y hasta que no estemos perdidos por completo o demos la vuelta […] no apreciaremos la vastedad y extrañeza de la naturaleza. […] Hasta que no nos perdamos o, en otras palabras, hasta que no perdamos el mundo, no empezaremos a encontrarnos a nosotros mismos y a advertir dónde estamos y la infinita extensión de nuestras relaciones.

H.D.Thoreau

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