En el verano de 2025 decidimos que, por fin, íbamos a dedicar uno de nuestros periodos de vacaciones a conocer a fondo la Bretaña francesa. Una de las regiones más interesantes y atractivas del mundo, con una naturaleza increíble, unos pueblos y ciudades preciosos y un pasado interesantísimo. En este artículo te dejamos una ruta para conocerla a fondo en 10 días.

Si eres lector habitual de nuestro blog ya sabes que nos gusta viajar con calma, dejar días «vacíos» en nuestras rutas y que intentamos visitar lugares algo alejados de los «puntos calientes» del turismo con el fin de intentar escapar de la masificación turística. Bretaña es una región que te permite una gran diversidad de actividades y experiencias: encontrarás lugares muy transitados como algunos de sus famosos pueblos y playas, pero en otros muchos – la mayoría – sentirás que el turista no es el protagonista de la vida de los bretones y así podrás integrarte con naturalidad en la vida de la región.

¿Cómo planificamos nuestra ruta?

Esta ruta de 10 días por la Bretaña francesa de enmarca dentro de un viaje más largo en el que combinamos una ruta haciendo camping y también alojamiento en casas de intercambio. Esto condiciona nuestro viaje y la manera de organizar nuestra ruta.

El viaje de inició en Alicante a finales de julio y durante 34 días recorrimos la costa atlántica francesa, la Bretaña, la región de Normandía y el sur de Bélgica, para regresar a casa después pasando por Luxemburgo. Este viaje fue posible gracias a 3 intercambios de casa en las ciudades de Vannes, Saint Maló y Brujas.

En función de donde sea tu punto de partida tendrás que adaptar tu ruta:

  • Si llegas a Bretaña en tu propio vehículo desde España, te aconsejamos aprovechar para detenerte en otros lugares de interés mientras atraviesas Francia. En nuestro blog tienen diversos artículos con lugares super bonitos ya sea si cruzas por el paso de la Junquera, por alguno de los puertos de los Pirineos o desde Navarra o el País Vasco. En el trayecto vas a poder conocer lugares muy bonitos por lo que te aconsejamos reservar un par de noches en la ruta antes de llegar a Bretaña.
  • Si llegas a Bretaña en avión, tienes vuelos desde España a Nantes o Burdeos (un poco más al sur), podrías alquilar un coche e iniciar tu ruta circular en el sentido que prefieras.

Si quieres disfrutar de unas verdaderas vacaciones respeta tener momentos libres para pasar en la playa porque la Bretaña te va a ofrecer infinidad de paseos junto al mar, actividades náuticas y relax que debes aprovechar.

No te obsesiones solo en «turistear» y poner tus pies en casa pueblo. La oferta es inabarcable, hay tantos lugares que visitar que te puedes sentir abrumado y no merece la pena.

Los edificios bretones en Rennes son una maravilla

Nuestros planes favoritos en la Bretaña francesa

Realmente esta región de Francia es muy diversa e interesante y ofrece la oportunidad de disfrutar a todo tipo de personas. Personas amantes de la historia y la cultura, de la naturaleza, de la buena gastronomía, del mar… Si viajas con niños o con adolescentes, con personas mayores… Si te gusta hacer cicloturismo, camping o caravàning…

  • Cicloturismo: rutas en bicicleta

Viajando por Bretaña descubrimos que la región tiene una extensa red de vías verdes y carreteras tranquilas que permiten recorrer su costa y su interior de manera segura y agradable. Hay muchas rutas municipales y regionales que están muy bien señalizadas y ofrecen servicios, zonas de descanso y de juegos para niños. Las etapas son accesibles para disfrutar en familia entre pueblos medievales, bosques y acantilados. Destaca la que circula junto al canal navegable de Nantes a Brest y La Régalante que conecta Mont Saint-Michel con Nantes.

  • La GR34: la gran ruta a pie por Bretaña

Nos encantó ver a muchos caminantes recorriendo el famoso Sendero de los Aduaneros (GR34) que bordea más de 2.000 km de costa bretona. Es una ruta espectacular que atraviesa acantilados, calas salvajes, faros y pequeñas bahías. Nos parece un planazo para hacer en primavera o en verano. Puede recorrerse por tramos, está muy bien señalizada y bien conectada con campings y alojamientos.

  • Geología y playas espectaculares

Por mucho que digan, si quieres conocer y disfrutar de la costa bretona, reserva al menos 10 días para visitar la región. Su costa es infinita ¡2.000 km hemos comentado más arriba!. Una opción es elegir entre la costa norte o la costa sur. Sorprende la variedad de formaciones rocosas y las diferencias entre las dos vertientes es apreciable: playas de granito rosa, acantilados escarpados, islotes moldeados por el viento, bahías, playas de arena clarísima y zonas intermareales inmensas. Podrás observar procesos geológicos y marinos muy especiales como la gran corriente de la Bahía de Morbihan y disfrutar de playas salvajes y fotogénicas.

  • Dólmenes y menires: el pasado neolítico

Bretaña es una tierra de megalitos. En los alrededores de la Bahía de Morbihan, cerca de Vannes, como Carnac, Locmariaquer o la isla de Gavrinis se conservan miles de menires, alineamientos y dólmenes que revelan un pasado neolítico fascinante. Son espacios llenos de misterio y de enorme valor arqueológico, fáciles de visitar con niños. Nosotros visitamos varios emplazamientos y nos dejamos muchos por conocer. Realmente es impresionante el patrimonio neolítico de Bretaña.

Varios senderos recorren las alineaciones de Carnac

  • Ciudades y pueblos con encanto

Casi todo el mundo llega a Bretaña atraído por sus pueblos encantadores. Rennes, Quimper, Dinan, Vannes o Saint-Malo destacan por sus cascos históricos, casas de entramado de madera, murallas bien conservadas y puertos con mucha vida. Cada ciudad combina cultura, historia y buena gastronomía, y muchos pueblos pequeños conservan la esencia bretona más auténtica.

  • La farsa del Mago Merlín

En el interior de la región de Bretaña encontramos el Bosque de Brocelandia. Alli, la tradición local ha alimentado leyendas artúricas que hablan de Merlín, Viviane o el Rey Arturo. La verdad es que aquellos escenarios son recreaciones o interpretaciones modernas, no está especialmente cuidado ni nos pareció muy interesante, pero el bosque mantiene un ambiente agradable y puedes encontrar senderos perfectos para pasear y disfrutar de la naturaleza.

  • Deliciosa gastronomía: galettes, mejillones, ostras y sidra

Bretaña es un paraíso para los amantes de la buena comida. Durante nuestras vacaciones, probamos las galettes de trigo sarraceno, los quesos y embutidos y los mejillones y ostras frescas que se degustan junto al mar. Todo acompañado de sidra artesanal, servida tradicionalmente en tazas de cerámica típica de la región.

Alojarse en la Bretaña: campings, casas de huéspedes, hoteles e intercambio de casas

Si viajas con tu propia caravana o furgoneta camperizada vas a encontrar infinidad de alternativas en esta región. Si buscas no gastar mucho, te aconsejamos que optes por los campings municipales que son más sencillos y ofrecen buenos servicios. Pero además hay otros campings que son resorts con increíbles instalaciones. En estos establecimientos suelen pedir estancias mínimas de varias noches y hay que reservar con bastante antelación.

Si prefieres hoteles o casas rurales, hay una amplia oferta y los precios, en bastantes casos, son asequibles. Algunos ejemplos:

  • Les Vénètes, un hotel familiar en una ubicación perfecta para conocer la bahía de Morbihan (página web).
  • La Vinotière, en el extremo atlántico de Bretaña está esta casa rural con mucho encanto (página web).
  • Station Volubile, una casa rural que recibe senderistas, ciclistas y viajeros (página web).

 Además, valora la opción del intercambio de casas. Francia es el país con más tradición en intercambios y tienen una amplísima oferta. Muchas familias francesas están deseando intercambiar y les encanta viajar a España por lo que hay muchas opciones de intercambiar casas en Bretaña.

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Nuestra ruta descubriendo la Bretaña en 10 días

Ahora sí, ya es el momento de contarte nuestra ruta descubriendo la Bretaña francesa. Obviamente tú podrás adaptarla en función de tu propio plan. Nosotros nos establecimos en nuestra casa de intercambio en Vannes, por eso visitamos especialmente los alrededores de la Bahía de Morbihan, pero también aprovechamos para conocer el interior de la región, la costa norte y el extremo más occidental. Finalmente fuimos a Saint Maló donde estuvimos varios días antes de viajar a Brujas (sur de Bélgica). 

Si quieres hacer una ruta circular y vienes desde España, te aconsejamos empezar en Nantes y, desde allí, puedes recorrer la región en sentido horario: Vannes, Brest, finisterre, costa norte, Saint Maló y Rennes (con visitas al interior de Bretaña). Otra alternativa – que fue nuestra opción – es subir de Nantes a Vannes, después cruzar Bretaña y recorrer la costa norte en sentido antihorario para llegar a finisterre y regresar pasando por Brest

 

Día 1. Nantes – Vannes (150 km)

Desde Nantes iniciamos la segunda etapa de nuestro viaje y nos dirigimos a Vannes donde habíamos acordado un intercambio de casas con HomeExchange. Nos detuvimos en los astilleros del puerto de Saint Nazaire, donde el ejército de la Alemania nazi estableció una base de submarinos. Allí puedes visitar el submarino Espadon y conocer el pasado de este enclave. Antes de llegar a Vannes nos detuvimos en el precioso pueblo medieval de Guerande que tiene unas murallas fortificadas preciosas y circulamos por sus salinas.

 

Día 2. Dólmenes y menires en el golfo de Morbihan (90 km)

Tras instalarnos en nuestra bonita casa a las afueras de Vannes, descansar y poner lavadoras. Empezamos planificar los días que íbamos a pasar en esta zona de la costa sur de la Bretaña francesa.

Empezamos viajando a su pasado más remoto para conocer los restos megalíticos que los pobladores ancestrales de esta región dejaron aquí. Carnac, Toulchignan, Crucuno, Mané Croc’h y Erdeven son algunos de los lugares que visitamos. Impresionantes alineamientos de menires, dólmenes y túmulos majestuosos.

Y descubrimos algunas de las playas como la de Le Magouër donde hay un cementario de barcos de madera y muy cerca está la Barre d’Étel y el precioso pueblo de Ile Saint Cadó.

En la isla de Gavrinis hay uno de los dólmenes más majestuosos

Día 3. Bosques del interior: el mago Merlín y el lago Tremelin (165 km)

Otro día decidimos alejarnos un poco de la costa y nos dirigimos hacia los bosques del interior de Bretaña, cerca de Vannes, donde dice que se encuentran los restos del Mago Merlín y algunos de sus compañeros de aventuras como el Hada Morgana. Es todo una pantomima, con algún detalle curioso, pero no es que merezca la pena ir allí por esto. Sin embargo, los bosques son preciosos, hay senderos bonitos y algunos enclaves bonitos como la “tumba de Merlín” y el Lago Tremelin.

Sin embargo, a nosotros nos gustó mucho más visitar el precioso pueblo de Malestroit por el que pasa el canal navegable de comunica Nantes con Brest, Josselin cuyo castillo y casco antiguo nos enamoraron o el Museo de la Resistencia de Saint Marcel, cuya historia sobrecoge y merece la pena conocer.

Día 4. Vannes

Aprovechando que era día de mercado dedicamos esta jornada a pasear por Vannes. Esta localidad tiene muchos atractivos y rincones preciosos. Desde su puerto situado junto al canal que desagua en el Golfo de Morbihan, a sus plazas, callejuelas, iglesias y museos de interés. Además, tiene una amplia oferta gastronómica y muchas tiendas con productos de la región para saborear deliciosas propuestas culinarias.

Catedral y centro histórico de Vannes

Día 5. Península de Quiberon (120 km)

Al oeste del Golfo de Morbihan está la península de Quiberon. Aunque en verano está muy transitado, no hay que dejar de recorrerla. Primero paramos en Locmariaquer donde se encuentra el domo de Table des Marchand y almorzamos en la playa de Kernevest. Fuimos a la playa de Port Blanc donde también se encuentra el famoso arco bajo el cual puedes caminar cuando baja la marea. Conducimos por la ruta costera de Kroh Hili para ver el precioso paisaje, ideal cuando se pone el sol, y alcanzamos el extremo sur en Pointe du Conguel.

 

Día 6. Gavrinis (50 km)

En el Golfo de Morbihan podríamos haber pasado dos semanas recorriendo sus rincones, playas, canales, bosques… Es un lugar muy especial en el que se produce un curioso efecto cada vez que sube y baja la marea pues más de un tercio de su superficie queda expuesta cuando baja la marea. Y, como el enorme volumen de agua solo puede pasar por el estrecho entre las punta de Kerpenhir y Bilgroix, se generan unas corrientes muy potentes cada día que condicionan la vida de pescadores y navegantes.

Acudimos al puerto de Larmor Baden para embarcarnos en un pequeño barco que nos llevó a la isla donde se sitúa el Cairn de Gavrinis. Habíamos reservado la visita guiada en la web oficial para conocer este enorme túmulo de piedras del neolítico (data del 3.500 a.C.) en cuyo interior se esconde un corredor de 12 metros de longitud y un dolmen con piedras de granito grabadas con círculos y espirales. Es difícil poder comprender cómo nuestros antecesores pudieron trasladar estas enormes piedras hasta aquí y construir este túmulo.

Tras la visita disfrutamos de una deliciosa comida en la La Voile Blanche, aprovechamos para conocer Île de Berder y observar cómo subía la marea dejando aislado este islote.

En las costas someras de Bretaña hay muchos criaderos de ostras

 

Día 7 y 8. Costa rosada: ruta costa norte de la Bretaña 

Desde nuestra casa de intercambio planificamos pasar dos días recorriendo la costa norte de la Bretaña. Cargamos la furgoneta con el equipo de acampada y nos dirigimos hacia el norte. Nuestra primera parada fue el bonito y tranquilo pueblo de Pontivy, allí aprovechamos para desayunar y recorrer por el pueblo que estaba muy tranquilo. Paseamos por sus callecitas, junto al castillo y el canal navegable que viene desde Nantes y atraviesa toda la región.

 

Durante este recorrido de 48 horas visitamos diversos lugares con mucho encanto y nos dejamos otros muchos en el camino… Hay tanto para conocer que decidimos que debemos regresar para estar más días en la costa norte. En la costa hay infinidad de playas y rincones maravillosos, espacios naturales indescriptibles y, todo ello, salpicado por pueblos precios y campos de cultivo muy bien cuidados donde crecen hortalizas, entre las que destaca la famosa variedad de alcachofas de la Bretaña.

La costa de granito rosa está salpicada de enclaves únicos

Algunos de los lugares que os recomendamos son:

  • Plougrescant
  • Rocher des Amoreux
  • Trestel
  • Ploumanac’h
  • Tregastel
  • Plage des Amiets
  • Meneham
  • Cabo de Saint Mathieu

Cabo de Saint Mathieu frente al Atlántico: extremo occidental de FRancia

Nos alojamos en el Camping Baie de Tenerez que es un emplazamiento familiar muy bien cuidado y con buenos servicios. Pensábamos que estaba junto al mar pero en realidad está cerca de unas marismas, un entorno tranquilo y agradable.

Nuestra última parada en la ruta por el norte de Bretaña fue el finisterre bretón o Cabo de Saint Mathieu. Con su antigua abadía en ruinas y el antiguo faro en colores rojo y blanco destaca en el promontorio con elegancia. Muy cerca está el nuevo faro y las construcciones del Muro Atlántico que construyó el ejército nazi ante la previsible invasión del ejército aliado que, finalmente, ocurriría más al norte, en las playas dela región de Normandía.

Día 9. Visita a Brest o Quimper 

Brest es una importante ciudad portuaria situada en una gran bahía, su carácter marítimo y su historia están muy ligadas a la marina francesa. Es una ciudad moderna que fue reconstruida casi por completo tras la Segunda Guerra Mundial y tiene un bonito castillo. Quimper es una ciudad más tranquila que Brest y es considerada la capital histórica del Cornualles francés, tiene una catedral gótica, canales y bonitas casas con entramado de madera. Conserva un aire tradicional bretón, con museos y un casco antiguo muy agradable para pasear.

Nosotros decidimos regresar a Vannes para descansar y preparar nuestro viaje a Rennes y Saint Maló y, desde allí, hacia Normandía y Brujas. Así acaba nuestra ruta por Bretaña pero aún pasaríamos varios días en Saint Maló y sus alrededores. Por ello, si te apetece visitar también esta zona de Bretaña, te recomendamos añadir algunos días más a tu viaje.

Saint Maló fue nuestra última parada en Bretaña antes de seguir ruta hacia Normandía

Como veis, esta región de Francia está llena de atractivos y de intereses. Para conocerla, no podemos dejar de recomendar disponer de, al menos, 15 días. Otra opción es optar por visitar alguna de las zonas de la Bretaña y no obsesionarse con hacer muchos kilómetros para recorrer todo el perímetro de la región. Las carreteras en la costa de la Bretaña suelen estar bastante transitadas en verano – no así las del interior – y son carreteras de doble dirección, de trazado sinuoso y la velocidad media es de unos 60-80 km/hora. Por el sur hay una autovía que os permitirá moveros con más rapidez. Sea como sea, si decidís ir de vacaciones a Bretaña vais a poder disfrutar muchísimo y os llevaréis un montón de recuerdos inolvidables.

Si planeas viajar por Francia, en nuestro blog puedes encontrar un montón de planes y propuestas, porque es un destino que nos encanta:

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