El espectáculo es magnífico. Ningún escenógrafo […] ha podido, ni podrá, al igual que ocurre con los ocasos en el Serengeti, reproducir una puesta de Sol en las islas Galápagos. La recompensa está próxima, pero unos guardianes inesperados nos cierran el paso. Tras superar el descenso por las lavas, pisamos al fin arena de playa por un estrecho sendero dibujado entre la tupida vegetación arbustiva. Al otro lado del muro natural se encuentra el océano, en dos minutos habríamos de acariciar las aguas del Pacífico de no ser porque dos lobos marinos subadultos han escogido el camino para dejar descansar sus cuerpos con forma de submarino. Al verme, uno de ellos gira su cuerpo para protestar e indicar que se requiere peaje. […] Es cuestión de llegar a un pacto. Me agacho, para no asustar a los leones con mi posición bípeda de homínido jiráfido, y procedo a imitarles lo mejor posible con mi voz a la vez que golpeo las palmas de mi mano. Esta vez ha dado resultado. Con gran gentileza por su parte abren la barrera biológica…
Jordi Serrallonga