Viajar fuera de los periodos vacacionales es un lujazo, no podemos negarlo. Casi nunca podemos hacerlo, disponemos de las vacaciones escolares que ya es mucho, pero no podemos jugar con las fechas. Durante este viaje de voluntariado enmarcado en nuestro proyecto educativo Waldorf, hemos podido viajar de septiembre a diciembre y ha sido una gran ventaja. Eso aún se nota más cuando visitas una gran ciudad como Río de Janeiro con niños.
Nuestra estancia en Río fue de 5 días pero, en realidad, aprovechamos para ver la ciudad en 4 porque uno de ellos no paró de llover y fue un día ideal para descansar, estar en casa, ver la tele, hacer deberes y leer. Nos tomamos con mucha calma nuestra visita a Río de Janeiro con niños, intentando gastar poco dinero y llevarnos un recuerdo sereno de nuestra estancia allí. Ya estábamos acabando nuestro viaje de 3 meses y tampoco teníamos ganas de demasiadas carreras.
Dónde alojarse en Río de Janeiro con niños
Nos alojamos en la plaza General Osorio en el barrio de Ipanema, una zona ideal para visitar la ciudad. También Copacabana, Botafuego y Leblón son buenas opciones. Son zonas turísticas, donde vive gente de clase media-alta con muchos hoteles y apartamentos de alquiler turístico. Copacabana es un poco más caro y Leblón está algo más alejado del centro pero, en cualquier caso, son buenas zonas para instalarse. Nosotros optamos por una casa de intercambio con HomeExchange. En esta zona de Ipanema hay hoteles de nivel medio y supermercados como Zona Sul con precios populares y un buen servicio.
Moverse por Río de Janeiro con niños
Nosotros no tenemos dudas en utilizar taxis o UBER cuando nos movemos en ciudades tan grandes y con barrios tan diversos como Río de Janeiro. Aunque el precio del transporte público es barato, para nosotros cuatro, nos compensa utilizar UBER que te lleva puerta a puerta. La aplicación de móvil funciona de maravilla y es fácil encontrar transporte. Si quieres conocer más sobre el transporte público en Rio consulta este enlace.
ACTIVIDADES EN RÍO
Pao de Açucar
Empezamos nuestra visita a Río subiendo al Pan de Azúcar. Creo que es la mejor manera de empezar a descubrir Río de Janeiro con niños. Es conocer la cara más amable y atractiva de la ciudad desde un punto de vista turístico. Rio de Janeiro se ubica un enclave único en el mundo, de una belleza insuperable. La bahía de Guanabara y los enormes morros – moles de granito – crean un paisaje cautivador.
Todo está muy bien organizado y es muy cómodo subir en los enormes telecabinas. Merece la pena, obviamente subir en un día soleado, a mediodía suele estar siempre más despejado pues con el sol, se disipa la humedad del mar. Otra opción es el atardecer para ver la ciudad cuando se va iluminando.
Si queréis ahorraros un dinerito podéis comprar las entradas online con un 10% de descuento y, además, tendréis acceso directo. Los niños hasta los 12 años pagan la mitad. Este es el enlace a la web oficial.
Tranvía, acueducto carioca y barrio de Santa Teresa
El Barrio de Santa Teresa guarda el encanto de épocas pasadas en sus casas antiguas. Algunas muy envejecidas, otras recuperadas y convertidas en galerías de arte o tiendas de recuerdos. Para llegar hasta allí la mejor opción es tomar el tranvía turístico, vestigio de los antiguos tranvías que hace tiempo recorrían las calles de Río de Janeiro.
El tranvía de Santa Teresa es caro (20 R$/persona, unos 4,5 €) pero es una opción bonita y divertida para recorrer esta zona de Río de Janeiro con niños. El precio incluye 2 trayectos por pasajero y podéis bajar en la parada que queráis. Os recomendamos Largo dos Guimaraes y Largo do Curvelo para después pasear tranquilos por la zona. Pasar por encima del Acueducto Carioca o de Arcos de Lapa es toda una aventura… Este acueducto es una de las construcciones más antiguas de la ciudad.
Desde la parada Largo do Curvelo podéis dar un paseo al Jardim das Ruinas. De entrada libre, se ubica en una antigua mansión abandonada que se ha rehabilitado como centro cultural. Las vistas de Río son increíbles y la mansión, uno de esos lugares tan de moda entre los “instagramers”.
La catedral y el Gabinete de Lectura del Rey
En Brasil, algo que os sorprenderá, son sus iglesias. En las ciudades históricas encontraréis las bonitas iglesias de estilo portugués. Son habituales en Bahía y en Minas Gerais, por ejemplo, también en algunos pueblos costeros como Paratí, cerca de Río. Son muy frecuentes las construcciones modernas ya que muchas ciudades de este país son de reciente creación. La catedral de Río de Janeiro es una de ellas. Después de nuestro paso por México, Ernest y Ferran pensaron que se parecía más a una piramide azteca que a una catedral. Dentro, las vidrieras generan una enorme cruz de bellos colores.
Alrededor de la catedral se levantan multitud de nuevos edificios de paredes de cristal que contrastan con los barrios más antiguos y las favelas construíadas simplemente con ladrillos. Paseando en dirección norte podéis visitar el centro de la ciudad de Río donde palpita el «mundo real» de la ciudad. Allí está una bonita joya escondida: el Real Gabinete de Lectura del Rey. Una preciosa biblioteca que está catalogada como una de las más hermosas en el mundo.
Museu do Amanha y barrio portuario
Con la llegada de los Juegos Olímpicos la ciudad de Río reformó algunas áreas de su metrópoli. Entre ellas fue la zona portuaria que, aún hoy, ofrece grandes posibilidades de expansión. Otras zonas, sin embargo, no fueron atendidas en absoluto. Al paseo o Bulevar Olímpico – donde está el acuario y una colección de arte urbano muy interesante – se puede llegar en tranvía. Allí está en Museu do Amanha que nos gustó muchísimo. Un museo sobre la crisis climática de nuestro planeta y las consecuencias de la presión de la humanidad en su búsqueda para conseguir los recursos que necesitamos.
El Museu do Amanha nos parece una actividad imprescindible si venís a Río de Janeiro con niños o sin ellos. Un museo interactivo que te hace muchas preguntas y te anima a plantear tus propias dudas sobre el actual sistema económico y de desarrollo que los seres humanos seguimos manteniendo. Somos una plaga de más de 7.000 millones de personas: el uso de combustibles fósiles, el usos de materias primas y la producción de residuos son armas letales para el planeta.
Compramos la entrada combinada para visitar también el Museo de Arte de Río en la Plaza Mauà, situado justo enfrente. Este museo que es “más para adultos” hace un recorrido por la historia de Río de Janeiro a través del arte. Un museo muy interesante que te ayuda a conocer mejor los orígenes de esta ciudad. Desde la terraza del edificio hay unas vistas espectaculares de la Plaza Mauà. Si no queréis entrar en este museo, podéis pedid subir con los ascensores a la terraza que es de acceso gratuíto.
Barrios de Ipanema y Copacabana
Nuestra recomendación es que os alojéis en una de estas dos zonas de Río para poder ir a la playa y pasear al atardecer. Desde Ipanema, las vistas de los morros de granito de Dos Irmaos con la puesta de sol es magnífica. La vida en las playas de Río es alegre: paseos a pie o en bicicleta, puestos de coco helado o brochetas de queso, juegos de voley y baños desafiando las olas del océano atlántico.
En ambas playas hay miradores muy bonitos por los que se puede pasear cómodamente con los niños. El mirador de la Pedra do Arpoador está en el extremo norte de Ipanema y muy cerca está el Fuerte de Copacabana. Más allá de Copacabana, en la Playa de Leme, está el Camino de los Pescadores y el mirador de Copacabana. En el paseo encontraréis bonitas esculturas como la del poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade y el músico Tom Jobin.
Si os apetece conocer mejor las favelas de Río, os aconsejamos visitar el Museu da Favela que ofrece visitas programadas de 3 horas de duración. Estos circuítos permiten entrar en la vida real de los barrios más desfavorecidos de Río de Janeiro pero también descubrir la labor de asociaciones sociales, educativas y culturales. El Museu da Favela está cerca de la Plaza General Osorio en Ipanema.
La Laguna de Rodrigo de Feitas está al otro lado de Ipanema. Es una enorme laguna natural generada por los depositos que crearon la gran barra de arena sobre la que actualmente se asientan los barrios de Ipanema y Leblon. Alrededor de la laguna podéis descansar, jugar, hacer deporte y montar en bicicleta. Se pueden alquilar barquitas y patinetes acuáticos. Con magníficas vistas de la ciudad es una buena opción para hacer pícnic y relajarse a la sombra.
Ascenso al Corcovado y Cristo Redentor
No podéis dejar Río sin subir al Cristo Redentor. Es una buena manera de despedirse de la ciudad. Hay otros muchos morros o moles de granito en la ciudad que ofrecen vistas únicas de la costa y se pueden recorrer por senderos. Pero, el Morro del Corcovado es el más famoso de todos ellos – junto al Pao de Açucar, claro – y también el más accesible. Hasta hace unos años se podía subir en coche particular pero el gran aumento de la afluencia de turistas ha restringido el acceso a agencias y al tren del Corcovado.
Merece la pena subir temprano si queréis evitar sentiros como sardinas enlatadas en el mirador del Cristo. Y, si queréis tomar las mejores fotos, es bonito subir para ver el atardecer y la ciudad de Río iluminada. Cuando tengamos un ratito os contaremos todo lo que hay que tener en cuenta para subir hasta aquí.
En la estación de Paineiras hay restaurante, tienda de recuerdos y el centro de visitantes con un pequeño museo sobre el Parque Nacional Tijuca. Este parque urbano es una gran reserva de bosque tropical que fue protegido y que puede recorrerse a pie por muchos senderos. Por supuesto que es posible subir y/o bajar al Corcovado a pie desde la ciudad. Si subís temprano con transporte y tenéis tiempo, podéis hacer la excursión que desciende al Parque Lage. Es toda una aventura: el bosque nativo, las cascadas y, quizá, algunos animales saldrán a vuestro paso.
Nuestra estancia en Río de Janeiro fue de 5 días, en realidad aprovechamos 4 porque uno de ellos diluvió y nos quedamos en casa. Si disponéis de más tiempo podéis explorar la posibilidad de hacer excursiones por los alrededores como recorrer la costa hacia el sur de camino a Paratí y visitar las islas en Angra dos Reis ¡son una maravilla!
Además podéis hacer otras actividades si venís a Río de Janeiro con niños:
- Planetario da Gávea
- Quinta da Boa Vista y Parque da Catacumba
- Museo del Futbol
- Jardin Botánico
- Museo Casa do Pontal
Río de Janeiro es una ciudad con mucha oferta cultural, espectáculos musicales y locales en los que tomar una copa mientras se escucha música en directo. En función de vuestras posibilidades y la edad de vuestros hijos, podéis explorar múltiples opciones. Nosotros lo pasamos genial, nos sentimos muy cómodos en todo momento y quedamos enamorados de ella tras nuestra visita.
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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