Antes de despedirme de este lugar del mundo, bien para viajar a otro lugar del pasado o bien para describir una experiencia presente, quiero añadir algunas imágenes de la increible flora de la Chapada. Caminar tranquilo observando la naturaleza, a un ritmo natural, a paso de niño diría yo, permite captar los detalles que los coches y otros medios de transporte no nos dejan disfrutar.
Durante nuestra escapada al interior de Bahía aprendimos mucho sobre la caatinga, la mata atlántica y otros tipos de vegetación de la zona. Plantas con infinidad de usos y propiedades que llenan de colorido el paisaje. Aquí os dejo una pequeña muestra de algo que siempre forma parte de mis viajes.
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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