Un pequeño pueblo con encanto: eso es Sigtuna. Pasear por sus calles, tomar un buen café caliente o un cha-latte, saludar a los vecinos, comprar algún recuerdo y, por supuesto,admirar el inmenso lago Mälaren. Visité Sigtuna cuando ya acababa el invierno pero aún el lago estaba congelado y la visión era impresionante. En verano todo cambia radicalmente cuando los árboles se llenan de hojas y el lago es intensamente azul. A finales de marzo todo era blanco, gris y blanco. El toque de color lo ponían las casitas de madera y a las banderitas suecas en cada rincón.
Poco sabía de Suecia, y poco sé aún, pero me encantó disfrutar de su capital, Estocolmo el pasado invierno. Completar este viaje con una escpada a esta pequeña ciudad es un plan perfecto. Según me explicaron, Sigtuna es considerada como el lugar que dio origen a esta nación. Fue fundada a finales del siglo X por el rey Erik el Victorioso. Su vida estuvo plagada de luchas y batallas con otras tribus normandas. Sus aventuras y desventuras hemos podido conocerlas mejor en la exposición del museo MARQ en Alicante. Las ruínas de la vieja iglesia de Sant Olofs hablan del pasado de este país. Y podemos saber más de este lugar en el Museo de Sigtuna, una pequeña galería de arte con detalles sobre la cultura sueca.
Me pregunto cómo será adaptarse a vivir en un clima extremo a lo largo de una parte del año. Cuando llega el frío solemos pensar en nieve y hielo, en cobijarnos en casa y pasar las tardes haciendo actividades hogareñas. Estamos tan poco habituados a los inviernos verdaderamente fríos que nos parece increíble que en otros lugares del mundo sean capaces de convivir con la nieve y el hielo en su día a día y hacer las actividades cotidianas con total normalidad.
El enorme lago Mälar o Mälaren que ocupa 1.140 m2 de extensión y vierte sus aguas al mar Báltico. La zona más oriental de este lago llega hasta la ciudad de Estocolmo y se llama Golfo de los Caballeros. Se puede pasear junto al lago y, cuando no está helado, salir a navegar desde los embarcaderos. Encontrarás algunas piedras rúnicas en la ciudad. Para saber más, puedes dirigirte a la oficina de información turística situada en la calle principal – Stora gatan – en la que también hay una preciosa tienda de recuerdos. Y, si el frío ya empieza a entumecerte los pies, puedes elegir cualquiera de las cafeterías de la localidad pero, sin duda, la más típica y conocida es Tant Bruns Kaffestuga: una acogedora casa reconvertida en café-bar.
Aquí os dejamos esta sencilla propuesta si viajáis a Estocolmo en alguna ocasión. En escasos 45 minutos puede viajarse en coche desde la capital por una carretera cómoda y rápida. Esta visita puede completarse llegando hasta Uppsalla: la ciudad universitaria. Muy recomendable conocer Sigtuna en invierno. No olvidaré la imagen de su lago helado y las gruesas capas de hielo resquebrajándose en la orilla. Para saber más: Visit Sweden.
Tengo un ilusionante sentido de la vida. Estoy convencida de que las personas podemos cambiar el mundo trabajando personal y localmente a través de proyecto colaborativos. Me gusta compartir con mi familia experiencias motivadoras y enriquecedoras. Y difundir algunas de ellas en este blog sobre «nuestro viaje por la vida».
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