SICILIA: CORAZÓN DEL MEDITERRANEO
Empecé a despertar aquella mañana tras un delicioso desayuno con «una meravigliosa spremuta di arance rosse, le sanguinelle«. En aquella casa se sentía la alegría de aquella madre que recibía a su hijo tras muchos meses. Sonaba el piano en el salón iluminado por el sol. Casi podría haberme ido a la cama a dormir nuevamente porque aquel ratito ya justificaba haber vivido aquel día. Pero no fue así, obviamente, aquella isla estaba esperándome para descubrirla y yo quería exprimir cada hora al máximo.
















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