MOBBY DICK

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MOBBY DICK

Llamadme Ismael. Hace años, no importa cuántos exactamente, hallándome con un poco o ningún dinero en la bolsa y sin nada de especial interés que me retuviera en tierra, pensé que lo mejor sería darme a la mar por una temporada para ver la parte acuática del mundo. Es una manera mía de combatir la melancolía y de regular la circulación de la sangre. Siempre que siento que empiezo a hacer mohínes y a enfurruñarme, y noto las húmedas brumas de noviembre en mi espíritu; siempre que me sorprendo parándome ante las funerarias, o incorporándome al cortejo de cuantos funerales encuentro y, sobre todo, cuando mi hipocondría prevalece de tal manera sobre mi, que tengo que echar mano de todos mis principios morales para evitar salir a la calle deliberadamente, y a golpes y de modo metódico, quitarle a la gente los sombreros de la cabeza, entonces es cuando comprendo que ha llegado el tiempo de volver al mar con urgencia. Este es el sustituto que uso para el suicidio. Catón se arroja sobre su espada con elegancia filosófica; yo, pacíficamente, me embarco. No hay nada sorprendente en ello. Si se pudieran dar cuenta, la mayoría de los hombres verían que, en diferente grado, en un momento u otro de sus vidas comparten conmigo estos sentimientos que experimento hacia el océano.

Herman Melville

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Habilidades

Publicado el

26 febrero, 2016

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