Bienvenidos al otoño. Después de un verano lleno de luz, de color, de calor y de actividad, ahora el cuerpo y la mente nos piden viajar de nuevo hacia nuestro interior. Es hora de la calma, el momento para detenerse, para escucharse, para no llenar nuestra vida de obligaciones eludibles. Septiembre siempre pasa veloz. Regresamos a las rutinas: los niños a la escuela, nosotros al trabajo. Volvemos a casa y es un buen momento para saborearla, para descubrirla, para buscar un rincón en el que jugar tranquilos, leer o cocinar.
Frutos de otoño para la mesa de estación
En Alicante el otoño pasa casi desapercibido. Sin embargo, si hacemos el esfuerzo de observar, de sentir plenamente, captaremos los matices con los que la naturaleza nos va avisando de la llegada del equinocio. Mañanas luminosas, el mar sereno, una brisa ligera, hermosos y largos atardeceres y, en la vegetación, avisos de que está llegando la siguiente estación. Es curioso, aquí con las lluvias de otoño muchas plantas florecen, aprovechan los aportes de agua que llegan a cántaros desde el cielo para sacar las flores y frutos que en el verano no pueden madurar debido a la sequía y al excesivo calor.
El color azul y el amarillo pueden decorar el verano

Empeñados en pasar las tardes tranquilos en casa por fin hemos encontrado el momento para renovar nuestra mesa de estación. Ya hace cinco cursos que empezamos a descubrir la pedagogía Waldorf pero no fue hasta la pasada Navidad que por fin nos decidimos a poner en casa un rincón para la mesa de estación. 

La Madre Tierra suele aparecer en primavera o en otoño
La mesa de estación es un pequeño altar. En él, periódicamente, vamos representando los cambios que la naturaleza vive. De esta manera tomamos conciencia de cómo el mundo se transforma periódicamente y como estos cambios afectan al ser humano. Aprendemos junto nuestros hijos que no estamos aislados del mundo natural, los cambios en el color de la luz, en la temperatura y tantas otras cosas nos afectan, influyen en nuestro temperamento y estado de ánimo. Observando la naturaleza podemos deducir qué es lo que nuestro cuerpo y nuestra mente necesita en cada momento.
Elementos para la mesa de estación
Para preparar una mesa de estación sólo necesitas dedicar algún momento, al inicio de cada una de ellas, a buscar aquellos elementos que te ayudarán a recordar los vínculos que tenemos con la Madre Tierra. En otoño es momento de la cosecha, dominan los colores marrones y naranjas, buscamos frutos que nos recuerdan que ya ha llegado esta estación: nueces, almendras, trigo y granadas, calabazas o uvas son los elementos típicos para recordar que llega el otoño. 
Podemos tener una «caja de tesoros» en la que vamos guardando todo aquello que podemos recolectar cuando salimos al bosque, al campo o a la playa y después utilizarlo en la mesa de estación cuando creamos más oportuno. Es interesante conseguir telas de colores diversos, también piedras, minerales, conchas e incluso fabricar con nuestras manos elementos con arcilla y otras sustancias naturales como la cera de abejas o la madera. No deben faltar las velas que encenderemos al anochecer y podemos acompañar ese momento con la lectura de un poema o un cuento asociado a la estación.
Para aprender más detalles puedes mirar aquí
Otro elemento típico de la mesa de estación en la pedagogía Waldorf son aquellos elaborados de manera tradicional y manual a partir de lanas y telas de diversos tipos. Tejer animales de lana o hilo, hacerlos de ganchillo o esculpir figuras con lana cardada. Puede parecer laborioso, pero cuando te detienes a aprender, buscas un espacio para observar cómo tus manos pueden trabajar y conectarse con tu mente. Entonces descubres que eres capaz de hacer muchas más cosas de lo que un día pensaste. De esta manera vas dedicando tiempo para la serenidad que permite que aparezca la creatividad.
Para aprender más detalles puedes mirar aquí

Con esta excusa es un buen momento ahora para planificar una excursión a un bosque. Así podremos disfrutar de los colores del otoño, de las hojas que caen con colores amarillos, ocres, naranjas y rojos. Recoger frutos y piñas con los niños e, incluso, bayas y moras con las que hacer mermeladas

Recogiendo moras cerca de Bocairent

Ponte manos a la obra, busca un rincón en tu casa en el que puedas colocar los diferentes elementos y deja que tus hijos pongan en marcha su creatividad. No pongas límite a su espontaneidad y deja que ellos participen con sus ideas y su sensibilidad. De esta manera construiréis algo juntos que os acompañará hasta la próxima Navidad. Así ha quedado nuestra mesa de estación que servirá de transición entre el verano y el otoño porque aquí todavía hace mucho calor! El mar sigue estando presente pero ya aparecen algunos frutos de la nueva estación.

Celebramos la llegada de otoño redecorando la mesa de estación

Para despedirme aquí te dejo algunas recomendaciones por si te animas a montar en casa una mesa de estación y esta página de pinterest donde encontrarás muchas ideas que pueden servirte de inspiración:

OTOÑO: celebramos la cosecha y la fiesta de San Miguel que nos ayuda a trabajar nuestro coraje y nuestro valor. Usamos colores anaranjados y tierra. Utiliza frutos secos, piedras y minerales.
INVIERNO: llega frío, el blanco cubre el paisaje acompañando al azul. Llega el Rey del Invierno y dará paso a la celebración de la Navidad.
PRIMAVERA: la Madre Tierra y los niños raíz dan lugar a las flores, a los vivos colores. Es el momento de observar los almendros y tomar algunas de sus ramas en flor. En Pascua podemos incluir algún recuerdo a la liebre y sus regalos.
VERANO: celebramos la fiesta de San Juan, llega la luz, el color amarillo domina la mesa de estación. Las caracolas y conchas nos recuerdan el mar.

El otoño siempre ha sido mi estación favorita. 
El momento en que estalla todo con su belleza pasada, 
como si la naturaleza hubiera estado ahorrando todo el año para el gran final. 
Lauren DeStefano
 
El invierno es una aguafuerte, primavera una acuarela, 
un óleo de verano y otoño un mosaico de todos ellos. 
Stanley Horowitz
El otoño es un andante melancólico y gracioso que prepara 
admirablemente el solemne adagio del invierno.
George Sand
 
El otoño es una segunda primavera en la que cada hoja es una flor.
Albert Camus
 
La belleza es la única cosa que el tiempo no puede dañar. 
Las filosofías se dispersarán como arena, las creencias se sucederán unas a otras 
como las hojas marchitas del otoño; pero lo que es bello representa un goce 
para todas las estaciones y una posesión para toda la eternidad.
Óscar Wilde

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