Desde el primer momento que supe que estaba embarazada una de las cosas que más me impresionaba era la conciencia de cómo mi manera de ser podría afectar, para bien y para mal, a la personalidad de mis hijos. Un hecho tan sencillo como elegir su nombre me provocaba ataques de responsabilidad: ¿nosotros hemos de decidir su nombre? Me preguntaba… Poco a poco lo asumes, aceptas el reto. Sabes que habrás de tomar decisiones, acertadas o no, sea como sea será tú vida. Será su vida.
Mapa de pared en la habitación de los peques

Es cierto, los padres influyen mucho en nuestra existencia pero, realmente, la capacidad de modelarnos que tienen nuestros hijos sobre nosotros es también inmensa. Ya durante el embarazo y, especialmente, desde el momento en que les miras por primera vez, hacen que te plantees muchas cosas. Como dice H.D. Thoreau en su precioso libro Walden «nunca somos tan sabios como el día en que nacimos» y esa sabiduría es transmitida por los bebés desde el momento de comenzar su nueva vida.
Ejemplares de nuestra biblioteca más viajera
Respetar los ritmos vitales, observar cómo descansan, aprender de ellos cuando empiezan a elegir sus alimentos o cuando empiezan a dar los primeros pasos. Prudentes pero atrevidos. Conservadores pero siempre mirando hacia el futuro desprendiéndose de aquello que ya no necesitan de su pasado. Ligeros de equipaje…
Y nosotros, como padres, les vamos llenando la mochila de experiencias y ellos llenan la nuestra de otras tantas. Hoy me ha dado por pensar en cómo mis «obsesiones viajeras» condicionan el día a día de mis hijos. Són muchos los detalles en nuestra casa y en nuestras rutinas que me confirman que, efectivamente, en este aspecto de mi vida tengo a mi familia más que condicionada…
El baño de casa es también un buen lugar para planificar viajes
Basta con observar la decoración de nuestra casa y son muchos los detalles que demuestran que la obsesión por viajar y conocer el mundo forma parte de nuestro día a día, de nuestras conversaciones, de nuestros recuerdos y de nuestros proyectos. En el cuarto de baño la cortina de la bañera -regalo de otra amiga viajera empedernida- nos acompaña entre remojón y remojón. Mientras nos enjabonamos surge cuestiones sobre los diversos países y continentes, sobre los mares y océanos, sobre posibles destinos…
Nuestro souvenir favorito: guias y libros de viajes infantiles

Hasta los Reyes Magos saben que aquí vivé una família viajera y año tras año nos agasajan con regalos relacionados con esta manía de mamá: conocer el mundo. Hace un par de años nos trajeron un enorme mapa mundi de Eurekakids que colocamos sobre la pared de la habitación. Está lleno de pequeñas figuritas de animales inmantados que puedes mover a tu antojo o colocar con criterios biogeográficos. Por supuesto que los libros es uno de los regalos que siempre llegan y suelen ser de maravillosas aventuras viajeras como la del hada que vuela desde un país nórdico al Mediterráneo para conocer de donde procede «L’ou del Sol» («El huevo del sol«).

Y en ese momento irrenunciable de reunirnos en la cama antes de ir a dormir, aprovechamos para leer a nuestros hijos grandes obras de la literatura como las de Julio Verne o Selma Lagerlöf quienes consiguen trasladarnos con sus descripciones a lugares a los que probablemente no llegaremos nunca… Y nos permiten vivir experiencias sólo aptas para los grandes locos aventureros.
Y, para terminar esta recopilación de detalles que permiten deducir que estamos en casa de una familia viajera… Quedan los momentos de entretenimiento con la televisión. En nuestro caso, la realidad, es que vemos bien poco la televisión porque generalmente no nos atraen o nos disgustan los contenidos que se emiten en los horarios en los que podríamos disfrutarla. Es por ello que acudimos a internet y seleccionamos los vídeos que vemos junto a nuestros hijos y, sinceramente, ahí la fuente de recursos es inmensa. Pero nosotros, otra vez… acabamos en las creaciones relacionadas con los viajes. Y así, en los últimos meses hemos visto la serie de Willy Fog en su vuelta al mundo, los múltiples episodios del Dinotren o las aventuras de David el Gnomo. Estas historias agradables, tranquilas, de ritmo sosegado, con personajes agradables que hablan adecuadamente y argumentos elaborados a conciencia, nos ayudan a aprender a todos juntos y a creer por unos instantes que viajamos a lomos de un zorro, en globo o en un precioso tren.
CHILE Atacama

Nuestra foto de grupo en el Tatio tras el amanecer

En fin, no lo podemos negar. En esta casa nos pasamos el día viajando. Por la vida, por nuestra vida, y por el mundo. Todo puede vincularse con un viaje, toda experiencia creativa y personal puede ayudarte a crecer como individuo incluso sin moverte de casa. Cualquier lazo que te permita sentir que estás unido a los tuyos puede ser una oportunidad para estrechar la convivencia. Nuestros viajes están ahora condicionados por la presencia de nuestros hijos y, sin duda, no serían lo mismo sin ellos. Como la vida misma.
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